Hay deportes que ayudan a conectar con uno mismo, con el cuerpo, que se transforman en la excusa perfecta para darse tiempo, sobre todo para aquellas personas que no son grandes deportistas sino que buscan hacer algo y están en la búsqueda de la actividad ideal. Uno de esos casos es el pilates, una actividad que se recomienda probar alguna vez en la vida, que te ayuda a relajar la cabeza, a concentrarte en tu respiración, a mejorar tus posturas y escuchar al cuerpo.
Es una actividad tranquila que, a medida que pasa el tiempo, va aumentando su intensidad pero que siempre se centra en mejorar tu calidad de vida.
Los ejercicios varían según el nivel y las edades. La mayoría se centra en la espalda, algo ideal en épocas de home office para mejorar el encorve que dejan las sillas de casa.
Ni muy tranquilo ni muy fuerte. El pilates no discrima edades ni géneros, es más, se adapta a cada persona según sus necesidades y preferencias. Así que ahora que volvieron a abrir los lugares para hacer deporte, esta es una gran opción para retomar la actividad que dejaste o empezar -de una vez- a cuidarte.