Lo de la reanudación de la Copa Libertadores para Boca y River tuvo sufrimiento en la previa, por la falta de partidos de preparación. Pero los dos supieron bien qué hacer para evitar sufrir. El “Xeneize” ganó claramente en Paraguay y quedó a un triunfo de sellar prácticamente su pase a octavos. El “Millonario” empató con San Pablo en Brasil y no ganó sólo por el infortunio de los goles en contra. Ahora bien, sus próximos partidos les generan cosas distintas a ambos planteles, que nuevamente deberán viajar al exterior para jugarlos y los lugares que visitarán les traerán diferentes tipos de recuerdos.

Diego Schwartzman: primero hay que saber sufrir

El plantel de River viajará hoy a Lima para enfrentar mañana desde las 21.30 a Binacional de Perú. La misma ciudad donde el año pasado perdió increíblemente la final de la Copa, a manos de Flamengo y con dos goles en tiempo de descuento. Acá habrá otro rival e incluso otro estadio pero Lima seguirá trayendo ciertos fantasmas al equipo de Gallardo quizás hasta que vuelva a salir campeón. Aún así, un triunfo mañana colaborará en la causa.

El caso de Boca es diferente. No sólo porque recién jugará el jueves (desde las 21 ante Independiente Medellín) y porque viajará mañana, sino porque su destino le trae recuerdos un poco mejores. La última vez que jugó allí fue en Ibagué, el año pasado ante Deportes Tolima. El equipo que dirigía Gustavo Alfaro en ese entonces perdía 0-2 y logró empatar el partido para posicionarse en su grupo. Ahora, buscará el triunfo.