Sin aprovecharse de las ventajas que dio Libertad, Boca, con poco, ganó por 2-0 y obtuvo tres puntos que lo ponen en la cima del Grupo H de la Copa Libertadores. Con sabor especial, claro está, después de todo lo convulsionante que fue llegar hasta Asunción, con pandemia, brotes de covid-19, escándalo legal de por medio con Sebastián Villa. Un combo de complicaciones que entusiasma al haberlo superado de gran manera.
Al primer tiempo no le sobró nada porque a Boca le alcanzó todo lo que hizo. Libertad ayudó a ello porque no tuvo ideas. La rapidez con la que el equipo de Miguel Ángel Russo –no estuvo en el estadio de Asunción por protocolo sanitario ya que es paciente de doble riesgo- tomó ventaja, confundió al local al máximo. Los primeros 20 minutos el “Xeneize” los aprovechó y generó situaciones de riesgo claro para el arco que custodiaba Martín Silva.
Ese dominio es lo que causó el gol de Eduardo Salvio a los seis minutos. Era injusto que la jugada generada por “Toto” no terminara con un tanto de su autoría. La salida del balón luego de haber pegado en el palo izquierdo le quedó servida a Salvio que no dudó ante el arquero caído. Antes había eludido la defensa por el centro del área con una gambeta magistral que derivó en una asistencia a Gonzalo Maroni cuyo disparo impacto en el palo que le hizo el “guiño direccional” a Salvio.
De ahí en más, Boca siempre tuvo espacios que podría haber aprovechado con mayor eficacia, pero equilibró fuerzas. La actitud no era nada desaconsejable teniendo en cuenta que faltaba mucho para el final y la preparación para el regreso a la competencia internacional no fue la óptima.
En el complemento, Libertad lejos estuvo de ser el 11 que estaba en cancha y que supuestamente estaba en competencia desde julio cuando retomó la actividad tras levantarse la cuarentena en Paraguay. En ningún momento conmovió a Esteban Andrada y la falta de un conductor que genere un juego fluido desde el sector medio de la cancha nunca apareció.
Boca siguió en modo “regular mi dominio” y le sirvió. Incluso nada se desacomodó con los ingresos de Walter Bou y Edwin Cardona, seguramente, indicado desde Argentina por parte de Russo con el objetivo de buscar mayor profundidad e ingresos al área. Y lo logró: fue justamente Cardona el que envió desde un lejano punto del sector izquierdo un centro preciso para Salvio, la figura de la cancha, para que un zurdazo potente pusiera el 2-0 final y a Boca puntero del Grupo H de la Copa, cuando se llevan jugadas tres fechas.