Día a día continúa creciendo el asentamiento ubicado sobre las tierras lindantes de las vías del tren Belgrano Cargas, en el límite entre Cebil Redondo y el departamento de Tafí Viejo. En la mañana de ayer las tareas de desmonte de las parcelas y la construcción de medianeras con troncos y tallos duros proseguían. Por el momento, la mayoría de las personas duerme en carpas o dentro de automóviles. Los habitantes del asentamiento le aseguraron a LA GACETA que algunos de ellos pagaron por esos lotes, que, por ahora, no cuentan con ningún servicio más que la apertura de un arenoso camino de tierra que los separa de unas plantaciones de trigo.

“La Federal está pasando todo el tiempo por acá, ya nos tomaron los datos y les explicamos que no tenemos a dónde más ir. Aún no sabemos qué va a pasar, si nos van a dejar quedarnos o si nos correrán”, explicó José Rivadeneira, quien era seguido por su pequeño hijo a donde fuera. “Pagamos por estos terrenos, nos los vendieron a precios accesibles; por el momento podemos estar aquí, hay un límite que no podemos cruzar porque pertenece a una finca, habrá que ver que pasa”, reveló Mary López, otra joven que no tendría otro lugar al cual acudir. “Necesitamos contar con los servicios de agua y luz, somos familias con menores, no tenemos un lugar para vivir, necesitamos que nos colaboren por favor”, imploró.

Gabriela Ovejero fue otra de las ocupantes que aseguró que le cobraron su parcela. “Al terreno nos lo vendieron personas que estaban acá delimitando. No sabemos mucho más de ellos, necesitábamos un lugar para vivir y era a lo que podíamos acceder. Esperamos tener suerte, sabemos que está el riesgo de que quieran sacarnos, pero ya no podíamos seguir viviendo en Villa Luján, donde estábamos”, relató. Ella y otras personas indicaron que la Policía Federal ya les tomó los datos, a modo de censo. “Ojalá eso ayude, debemos esperar a que una jueza decida”, añadió.

“Hay gente que se dedica a esto, te venden un terreno usurpado y después vos probas suerte”, reconoció Gustavo Pastrana, una persona que contribuyó con agua y panes para los usurpadores. El vecino subrayó la imposibilidad económica de poder acceder a un terreno de forma regular para muchos ciudadanos. “No queremos que nada venga de arriba, si estas tierras tienen dueño queremos charlarlo, que nos vendan los terrenos pero a un valor accesible”, analizó.

Claro que no todos pudieron pagar ni siquiera el servicio informal de loteos, Daniel Montero explicó que el asentamiento comenzó a armarse espontáneamente, y que hoy lucha por un lote para su hijo. “El patrón de mi finca no quiere ni que les dé agua a los ocupas, pero no puedo negar eso, también deben saber que toda esta gente es ‘laburante’, trabajan para empresas, son cajeros de supermercado, playeros de estaciones de servicio, etcétera; no alcanza la plata amigo, no hay forma de pagar una tierra para vivir”, advirtió, señalando a la compra informal como la única salida de muchos. “En muchos barrios te los comercializan estos espacios, te aclaran que son terrenos sin título pero te cobran por el loteo y el desmonte. Ayer pasó la gente de EDET, pero no volvieron todavía. No tenemos el apoyo de ningún político, ojalá aparezca alguno y nos escuche, la gente también se tiene que solidarizar, sólo así se puede progresar”, añadió.

TIERRAL. Distintas versiones sobre las máquinas que abrieron un camino.

Otro habitante que no negó la usurpación fue Vladimir Agüero, el joven dijo que llegaron la semana pasada al predio. “Tomamos una parcela y empezamos a desmontar. Es por necesidad realmente, no queremos tener problemas con nadie, tenemos familia y necesitamos un lugar donde vivir”, argumentó.

El ocupante señaló a una patrulla de la Policía Federal que pasaba por las cercanías del lugar y aseveró que están controlando la zona y que no han tenido inconvenientes con ellos: “con lo únicos con los que tuvimos problemas es con unos chicos del country que vinieron de mala manera a insultarnos”.


El camino

Sobre la calle que se abrió para poder acceder al lugar hubo muchas versiones, si bien algunos usurpadores dicen desconocer su procedencia, varios afirmaron haber visto maquinarias trabajando. “Al servicio de las máquinas lo pagó mi tío, José Mamaní; ningún político vino a darnos una mano”, dijo Claudio Pastrana. Gustavo Pastrana, en cambio, consideró que al trabajo pudo pagarlo quien arrienda la finca lindante, además aclaró: “no conozco ni a (Javier) Noguera ni a ningún político, pero sí conozco a José Mamaní, el trabajaba para algún área de la municipalidad de Tafí Viejo, era una de las personas a las que le ofrecieron un terreno acá y tengo entendido que ahora lo corrieron, pero acá no llegaron nunca bolsones como denuncian algunos”, cerró.

Para entender la situación

1- El lunes, alrededor de 150 personas, según precisaron fuentes policiales, comenzaron a asentarse al lado de las vías del tren Belgrano Cargas.

2- La empresa ferroviaria ya tomó cartas en el asunto, le solicitó a la Justicia Federal una orden de desalojo a los usurpadores. Pero la medida aún no se aplicó.

3- Vecinos de Cebil Redondo aseguraron que había máquinas y empleados municipales de Tafí Viejo contribuyendo con los ocupantes.

4- La intendencia negó la acusación de los vecinos mediante un comunicado. Ayer los ocupas aseguraron que no recibieron ninguna ayuda de algún político.