Los incidentes ocurridos en la plaza Independencia en la noche del miércoles -cuando productores rurales recibieron empujones y golpes a manos de policías mientras realizaban una protesta- deberían generar una seria reflexión de las autoridades sobre lo que está ocurriendo y a partir de ello, actuar para mejorar las cosas. Los ruralistas se habían movilizado desde el límite con Santiago del Estero, donde habían comenzado un corte de la ruta 9, para reclamar respuestas de las autoridades de la provincia y de las jurisdicciones vecinas -especialmente Santiago del Estero- para que se permita trabajar y no se les ponga trabas a quienes están autorizados para hacerlo. Tras los incidentes, los productores se quedaron en la plaza, en protesta.

Está claro que este reclamo, así como los de los choferes de ómnibus de turismo, de los dueños de gimnasios y de los responsables de bares, entre otros, se da en momentos en que se ha llegado a un nivel de alta inquietud por los contagios masivos de covid-19, por lo cual las decisiones que se tomen deben ser muy bien estudiadas y ejecutadas a conciencia.

Pero no es menos cierto que el planteo de los productores no cuestiona las acciones preventivas para hacer frente a la emergencia en los contagios, sino la falta de respuestas de las autoridades frente a los problemas suscitados. Roberto Palomo, directivo de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor), explicó que los agricultores necesitan cruzar hasta Santiago del Estero para hacer un monitoreo de los cultivos de invierno, como el trigo, y que no pueden hacer ingresar las máquinas para pulverizar los campos. “Algunos contrataron aviones, pero eso significa el triple de costo”,dijo. Consignó que se hicieron distintos pedidos ante autoridades tucumanas, santiagueñas y nacionales. Se agotaron las gestiones institucionales y por la falta de soluciones, “los productores que hace más de 30 días no pueden llegar a los campos que trabajan en las vecinas provincias decidieron realizar un corte en la ruta nacional 9 por tiempo a determinar en asamblea”, dijo.

La gente del campo ha venido advirtiendo de problemas que se sumaron a la emergencia sanitaria, como el aumento de la inseguridad, la fuerte crisis por la sequía y las heladas y la lentitud de los protocolos que usan las autoridades para el tránsito de las personas autorizadas. No hace mucho se relató la odisea que pasan quienes circulan de una provincia a la otra en los controles limítrofes, puesto que a menudo no se les permite pasar (sin explicación) y deben quedarse en largas esperas a la intemperie.

Los productores advirtieron que es indispensable levantar la cosecha de trigo “para que no falte materia prima en los molinos locales ni pan en la mesa de los consumidores, como así también tareas de inseminación y vacunación y carga de la hacienda, sin las cuales no podremos proveer de alimentos relacionados a la carne ni tampoco cargar la mercadería acopiada en los campos, que permitiría el ingreso de dólares que tanto necesita el país”.

Aparentemente, ante la falta de reacción de los responsables de decisiones (posiblemente, del Comité Operativo de Emergencia, COE) se requeriría respuestas al más alto nivel -de gobernadores, por ejemplo-, con lo que cabría esperar una salida de ese estilo. Si las labores productivas están permitidas, convendría que los controles sean ejecutivos y que las autorizaciones sean corroboradas e inmediatas, sin trabas de ningún tipo.