Niñez: énfasis en los lácteos

La infancia es un momento de la vida en que es fundamental favorecer el desarrollo y crecimiento de la persona. “Se trata de una etapa considerada una ‘ventana de oportunidad’ porque es determinante en el desarrollo de múltiples habilidades”, dijo Laura Cordero, nutricionista investigadora del Conicet. Según Cordero, la primera medida a tomar en la niñez es la reducción de bebidas azucaradas y de alimentos con alto contenido de azúcar y sal. “Se necesita calcio y vitamina D, porque el niño está en etapa de crecimiento y necesita huesos fuertes”, dijo la médica especialista en nutrición Mariela Córdoba. Estos nutrientes pueden encontrarse principalmente en los lácteos y sus derivados, que son la leche, el queso, entre otros. El huevo también es un alimento que debe ser incorporado en la dieta de cualquier niño, ya que es considerado de alto valor energético. “Es fundamental que los chicos coman carnes de origen animal que tengan poca grasa. No importa si no son rojas”, agregó Córdoba. Además de eso, también se debe hacer hincapié en aquellos alimentos que no sean positivos para los niños: golosinas, snacks, helados y comida chatarra.

Adolescencia: la necesidad de la energía

La adolescencia, otra etapa de notables cambios en los chicos, también debe tener sus cuidados alimenticios enfocados en el buen crecimiento de la persona. “El 55% de los niños y niñas con obesidad se convierten en adolescentes obesos, de los cuales el 80% lo seguirá siendo al cumplir los 18 años y 70% pasados los 30 años”, aseguró Cordero sobre la importancia de revertir esta situación. “Es el momento en el que se alcanza el pico en la densidad ósea. De esta manera, aumentan las necesidades energéticas y de nutrientes”, afirmó Pamela Peyrel, del Centro Regional de Obesidad. Para ello es esencial que los adolescentes se alimenten con comidas tales como pastas, arroz, y polenta, que contienen glucosa, por lo que son fundamentales para aumentar la energía que necesitan para desarrollar su día a día, según explicó Córdoba. Las carnes son otras buenas aliadas al crecimiento en la adolescencia. En ellas se contiene la proteína que se necesita para el desarrollo de los músculos. “Y los músculos son el sostén de los huesos a lo largo de la vida. Si no tenemos masa muscular nuestros huesos se dañan cada vez más”, indicó la especialista.

Adultos jóvenes: dietas equilibradas y variadas

“La edad adulta es una etapa de plenitud física y mental que va a ser clave para conseguir mantener la calidad de vida durante toda nuestra existencia. La alimentación en esta etapa debe ser saludable, completa, equilibrada, variada y también placentera”, sostuvo Peyrel. En este momento de la vida de las personas es importante la alimentación sana basada en evitar el sobrepeso y la grasa corporal. “Verduras y frutas, por lo menos cinco porciones por día. Proteínas de buena calidad que están en las carnes magras. Agregar hidratos de carbono complejos, es decir no refinados, como las harinas integrales”, recomendó Peyrel para la gente de esta edad. En el caso de las mujeres se produce, además, un posible paso por el embarazo, para lo que deben tomar otros recaudos en su alimentación. “No solo será trascendental la variedad y moderación, sino también hay prestar especial atención a nutrientes tales como el calcio, el hierro, el ácido fólico, el zinc, y el omega 3”, aseguró la investigadora Cordero. Dichos nutrientes pueden conseguirse en el consumo de lácteos, carnes rojas y blancas, lentejas, frutos secos y legumbres, además de verduras como lechuga, acelga o rúcula.

Adultos mayores: proteínas, frutas y verduras

Los adultos mayores, una edad en la que el deterioro del físico se hace cada vez más evidente con los años requiere de algunos cuidados en la alimentación. “A esta edad hay que tener en cuenta que las personas tienen un mayor consumo de medicación, entonces hay que tener en cuenta la interacción de estos alimentos con la alimentación que estén tomando”, dijo Peyrel, como primera medida. Según la especialista hay que tener un buen consumo proteico, ya que es una edad en la que se empieza a perder masa muscular con mayor facilidad, a partir de los 40 años. Para Cordero en esta edad es fundamental reducir el consumo de grasas y mantener los niveles de frutas y verduras, ya que a veces algunos tienden a tener problemas por reducir estos alimentos. “También se alteran el sentido del olfato y del gusto, entonces se empieza a usar más sal y azúcar, por lo que hay que regular esos consumos, a través del uso de condimentos como el limón o el orégano”, agregó. Además, es una etapa de la vida en que la actividad física juega un rol crucial en conjunto con la alimentación para mantener la vitalidad. “Y deben hacer trabajos de fuerza, no solo aeróbicos”, cerró Peyrel.