“Los científicos ven señales de una inmunidad perdurable contra la covid-19, incluso después de infecciones leves”, tituló un artículo del diario The New York Times publicado el lunes. Escrito por Katherine J. Wu, doctora en Inmunidad Biológica y periodista especializada en ciencia y salud de ese medio, el argumento central del texto es que los anticuerpos que combaten la enfermedad -así como las células inmunitarias que pueden reconocer el virus, los linfocitos B y T- persistirían durante meses luego de que se ha contraído el coronavirus.

“Los científicos que han estado monitoreando las respuestas inmunes al virus comienzan a detectar la alentadora existencia de una inmunidad elevada y perdurable, aun en personas que sólo desarrollaron síntomas leves de covid-19”, amplifica el artículo. Sin embargo, se advierte luego que los investigadores aún no pueden pronosticar cuánto tiempo duraría esa respuesta inmunitaria.

“Las cosas realmente están funcionando como se supone que deberían”, evaluó Deepta Bhattacharya, inmunólogo de la Universidad de Arizona y autor de uno de los nueve estudios sobre el tema (aún se encuentra en revisión). “Allí están todos los elementos para tener una respuesta inmunitaria que proteja totalmente”, adicionó Marion Pepper, homóloga en la Universidad de Washington.

Esta especialista advirtió que no se puede establecer a ciencia cierta que existe una protección contra la reinfección hasta que haya pruebas de que la mayoría de las personas que “se encuentran” por segunda vez con el virus puedan mantenerlo a raya. De todos modos -destaca el artículo-, los hallazgos recientes podrían sofocar las preocupaciones recientes sobre la capacidad del SARS-CoV-2 para “engañar” al sistema inmunológico y hacer que no lo recuerde, un hecho que haría que la gente se encuentre vulnerable ante nuevos episodios de la enfermedad respiratoria.

“Los investigadores todavía no encuentran pruebas equívocas de que estén surgiendo reinfecciones del coronavirus, especialmente durante los pocos meses en los que se ha estado propagando entre la población humana”, observó la autora del artículo. “Las posibilidades de una memoria inmunitaria ayudan a explicarlo”, consideró Popper en ese sentido.

El estudio de la inmunóloga de Washington muestra que algunas de las células T -claves en el sistema inmune- crean células T de memoria que podrían permanecer y contribuir con la protección en caso de que una persona que ya estuvo infectada vuelva a tener contacto con el coronavirus.

Por otro lado, respecto a los anticuerpos, J. Wu recordó que representan “sólo una parte de un escuadrón complejo y coordinado de soldados inmunitarios, cada uno con su propia manera de atacar”. “Los anticuerpos también tienen una fecha de vencimiento: debido a que son proteínas inanimadas y no células vivas, no pueden reabastecerse, así que salen a la sangre a las pocas semanas o pocos meses después de que se producen”, desarrolló en la nota. Sin embargo, los estudios de Bhattacharya y Pepper demostrarían que, en el caso de la covid-19, los anticuerpos disminuirían hasta estabilizarse en lo que parece ser un punto mínimo estable. “La respuesta parece perfectamente perdurable”, insistió el investigador de la Universidad de Arizona.

Pese a los avances, reina la cautela entre la comunidad científica mundial. De hecho, destacan que la mejor manera de generar inmunidad sería una vez que llegue la tan ansiada vacuna. “Sólo con más tiempo podremos saber si seguimos estando protegidos varios meses después (de contraer la enfermedad)”, alertó Sheena Cruickshank, inmunóloga y profesora de Ciencias Biomédicas en la Universidad de Manchester, durante una entrevista con BBC Mundo. Al igual que sus colegas estadouidenses, ella informó que “es normal” que la fabricación de anticuerpos caiga con el tiempo.

“Pero ese descenso no quiere decir que nos quedemos a cero, sino a un nivel estable que incluso podría darnos inmunidad permanente”, aclaró.

Algunas enfermedades, como la influenza, inciden sobre la población en reiteradas ocasiones. Eso se atribuye -menciona el artículo del New York Times- a la elevada tasa de mutación de ese tipo de virus. Por el contrario, los coronavirus parecen “cambiar su apariencia” con menos frecuencia.

“De todos modos, todavía se sabe muy poco. Aunque estos estudios dan una idea de las posibilidades de protección, no la demuestran en acción. Es difícil predecir lo que sucederá”, cerró J. Wu.