Una irrupción generosa de solidaridad ayer arrancó sonrisas interminables a los cientos de chicos que habitan las cuatro manzanas valladas del barrio Municipal de Concepción. En el Día del Niño nadie se quedó sin juguetes ni el chocolate que entregó en botellas el churrero Alejandro Arévalo. Ni dejó de saborear las 700 facturas que hicieron con sus propias manos Alberto Albarracín y su hija Milagros. “Trabajaron duro desde el viernes para terminar con la elaboración. Es que eran bastantes. Pues queríamos entregarles a todos”, dijo doña Lucía Villagra, esposa del donante. “También colaboré en este esfuerzo que se hizo para demostrar a esta gente que estamos con ellos, acompañándolos en este momento difícil”, apuntó la mujer. “Queremos que sepan que de este lado del vallado uno está rogando con oraciones que se encuentren bien y que esto acabe pronto”, añadió. Y remató: “hay que entender que nadie está inmune a este virus. Cualquiera lo puede contraer. Por eso nos ponemos del lado de ellos”, insistió.
La entrada al sector aislado, en la esquina de Almafuerte y Juramento, se transformó desde temprano en un desfile incesante de parientes de los vecinos que están dentro del vallado, de personas anónimas y ONGs que dejaron sus obsequios para los pequeños. Las vallas se cubrieron con globos de colores y afiches pintorescos con mensajes de aliento. Y también los lugareños hicieron los suyos para agradecer tantas muestras de afectos y a la Municipalidad por el trabajo de asistencia que despliega en el lugar. Los operarios encargados de desinfectar todo los productos que se ingresan, se disfrazaron de payasos para estar a tono con la festividad. “Casi no descansamos de tanta gente que comenzó a llegar desde las ocho con distintos obsequios que se sumaron a los que trajo la intendencia para los chicos”, comentó Luciano Nazar, uno de los desinfectadores.
El hombre desempeña su tarea con su hermano Augusto y Juan Moreno. “Nos disfrazamos de payasos para contribuir a ponerle un clima distinto a este lugar. Para tratar de contagiar alegría a los chicos”, comentó Luciano. Las cuatro manzanas del Municipal permanecen valladas desde el sábado siete y por el término de 14 días. Así lo dispuso el Comité de Emergencia de la provincia (COE) luego que se confirmara ahí cinco casos positivos de Covid- 19. Hasta ayer se habían practicado en la zona unos 300 hisopados
Amanecieron felices
“La verdad es que nadie esperó tantas muestras de generosidad de la gente. Los chicos se despertaron con una sonrisa porque ya tenían en sus camas los juguetes que, desde temprano, comenzó a distribuir la gente de la Municipalidad. A cada momento llegaban con distintas cosas”, contó doña Alicia Ramos. “Los chicos, a pesar de que no se pueden juntar con los otros pequeños, están viviendo un lindo día. Están divirtiéndose con sus hermanitos”, agregó. Sonia Velázquez, madre de dos niños, admitió que en el sector vallado se viven momentos de mucha incertidumbre pero que ayer, la solidaridad que abrazó a todos los chicos, cambió el humor de todos. “Fue muy lindo ver todo el barrio lleno de globos de colores y a las criaturas felices por los regalos que no esperaban”, dijo. “Con ellos habíamos conversado para explicarles que no les iba a poder comprar regalos por esta situación especial que vivimos”, apuntó. Una de las primeras cargas con juguetes que llegaron al barrio fueron las de las estilistas Fernando Pallares y Lucía Paz. Ellas organizaron un “show de la keratina” para reunir los obsequios que entregaron en la mañana. Realizaron tratamientos capilares a cambio de un juguete.
Paseos solitarios
Respondiendo al llamado de las autoridades municipales, y a las disposiciones del Comité de Emergencia de la provincia (COE), los paseos públicos de Concepción permanecieron casi solitarios. Los sectores verde y de juegos infantiles estuvieron encintados y personal municipal y la policía controló el cumplimiento de la prohibición de agruparse. Sólo algunos adolescentes con patines asomaron en medio de la quietud del día.
“Afortunadamente la gente no sólo fue solidaria al acercarse a los chicos del Municipal, sino también al evitar el aglutinamiento en las plazas y plazoletas. Es una forma de cuidarnos entre todos” ,dijo el intendente, Roberto Sánchez. “La solidaridad no sólo se hizo ver en el Municipal sino también en otros barrios humildes y a través de muchos anónimos y ONGs que estuvieron con los chicos”, señaló.
También las madres y criaturas de los servicios de Neonatología, Pediatría y Maternidad del hospital Miguel Belascuain pasaron un día distinto gracias a la entrega de juguetes y de otros obsequios que reunieron los jefes de servicio y el Voluntariado de Madres del nosocomio.