“Nos tomó desprevenidos a todos”. Así considera Agostina Soria que la pandemia dejó a la humanidad. La Pantera, que dio sus primeros pasos en el voley -y literalmente también en la vida-, en Tucumán de Gimnasia, está en la provincia desde hace un par de semanas, no por una cuestión deportiva sino por un problema de salud de un familiar. Exceptuada por el decreto presidencial que permite a los atletas que se preparan para los postergados Juegos Olímpicos de Tokio, la jugadora de la selección aprovecha cada día en las instalaciones del club “albiceleste”. Ahí es donde fortalece sus garras, sin descuidar y sin dejar de pensar en una posible reactivación de la Liga Nacional Femenina con su Vélez Sarsfield. En la preparación para cumplir sus metas, a Soria nada la tomará desprevenida.
- ¿Hace cuánto que no entrabas al club?
- Es una buena pregunta. Vine un rato el año pasado a ver algún partido de los chicos, pero a entrenar creo que fue en 2011.
- ¿Qué sentiste cuando entraste?
- Me siento casi como en casa. De chiquita aprendí a caminar aquí. Fue en la pileta. Mientras mis hermanas jugaban, me agarraba del alambrado y caminaba alrededor. Cuando ya era un poco más grande, insistía en entrenar con ellas, pero todavía era muy pequeña y me mandaban a la pared con una pelota: “andá, tratá de no molestar”, me decían.
- ¿Por qué viniste a la provincia?
- Yo estaba jugando en Eslovaquia. Llegué el 18 de marzo al país. Justo cuando apenas se inició la cuarentena. Decidimos con mi familia quedarnos en Buenos Aires porque pensamos que sería un mes y medio como mucho, y después iba a seguir entrenando nuevamente. Pero se hizo más largo, 110 días para nosotros. Por temas de fuerza mayor, porque mi abuelo no está estable, es que vinimos. Gestionamos los permisos porque nos dijeron que eran sus últimos momentos quizás y mi papá no llegaba a despedirlo.
- ¿Cómo fue el viaje en plena pandemia?
- La pasé muy mal con mi papá y mi mamá. Mi papá dice que si hubiera sido entre varones era una cosa, pero al ser mujeres… No nos dieron un baño en Santiago del Estero, mis necesidades las tenía que hacer en los yuyos, como también mi mamá. Teníamos los permisos para pasar, los certificados de los tres hisopados que nos dieron bien. Fue una desilusión, más que nada en Santiago. Pero todo es aprendizaje con esta pandemia que nos tomó desprevenidos.
- Ahora ya tenés un par de semanas de entrenamiento ¿en qué pensás cuándo lo hacés?; ¿en la Liga, en los Juegos Olímpicos o simplemente en no perder el estado físico?
- Creo que en un poco de todo. Primero estoy tratando de volver al ritmo de la pelota. Pero pensando en la Liga, que es el objetivo más cercano, pero también en los Juegos porque ya estamos clasificadas, ese es el evento más importante.
- ¿Te ves en Tokio dentro de un año?
- Ojalá. Estamos todas entrenando igual, al ciento por ciento, porque todas queremos ir y eso es muy bueno, va sumando a nuestro nivel de juego.
-Van a compartir grupo con las dos selecciones mejores rankeadas, China y Estados Unidos, más Rusia, Turquía e Italia. ¿Qué te genera eso?
-No sé si decir que es difícil. Es un gran desafío para afrontar. La preparación física es importante. ¡Ni qué hablar de esa parte! Pero lo mental es fundamental porque serán muchos días, con varias competencias internacionales. Los Juegos Olímpicos es el competencia más importante de nuestras vidas. Más allá de que es una zona bastante complicada, pienso que podemos afrontarla de la mejor manera, siempre y cuando tengamos el mismo pensamiento todas juntas.
- Es la segunda clasificación olímpica consecutiva, ¿deben ir por algo más que sólo experiencia?
- El voley femenino no era tan conocido. El boom fue con la clasificación a Río 2016, ahí empezó a ser más fuerte el nombre de Las Panteras. Convengamos que ahora estamos en desventaja porque no podemos entrenar juntas y en todo proceso se necesita eso. En Europa ya están entrenando en equipo. Hay que ver qué pasa.
- ¿Qué significa la selección para vos?
- Toda convocatoria es una sorpresa hermosa. Da como un plus de que estás haciendo las cosas bien. Al mismo tiempo, hay que seguir entrenando más porque es una responsabilidad. Hay que dar ese buen ejemplo, tanto dentro como fuera de la cancha, y aceptarlo. A mí me gusta tener ese desafío.
N Entre Tucumán y Santiago del Estero: “es un bajón esa pregunta”, dijo entre risas ante el dilema que siempre la rodea. “Yo nací en Santiago, pero me crié acá, a los dos meses vine a Tucumán. Siempre digo que mi corazón es mitad y mitad: la familia de parte de mi mamá está allá y la de mi papá, acá”, explicó la jugadora apodada en Buenos Aires como “La Tucu” .
N Vélez Sarsfield: “siempre lo voy a decir: es mi segunda familia. A mis técnicos los tengo a todos como mis papás. A mis compañeras las veo más que a mis propias hermanas que están acá. Tengo muy buenas amistades ahí, más allá de lo que pase con el voley”.
N Plan de talentos: recientemente la Federación de Voleibol Argentino empezó a buscar jugadores. En damas, las alturas que se buscan son de 1,75 metro, de 13 a 14 años, y de 1,85, de 15 a 17. “Creo que son correctos, pero difíciles porque no hay tanta altura en esta parte del mundo. Pero las camadas que vienen son de chicas bastante altas”, opinó Soria, que mide 1,82.
N Por Eslovaquia: “no sé si la diferencia de juego es muy grande con respecto a Argentina. Es otro ‘aire’, muy profesional”, calificó su paso por VTC-Pezinok de la ciudad de Bratislava. “Te pagan hasta por descanso, algo que acá no sucede. Estamos peleando por eso”, agregó.
Yamil Chaya sonríe cuando habla de la pandemia. Sí, porque de la pausa obligada por la covid 19 se generaron experiencias inesperadas como la de entrenar a una jugadora de selección. Chaya es el técnico de las divisiones femeninas de Tucumán de Gimnasia y mantiene una amistad con Soria. “Trabajar con un profesional es lo mejor que te puede pasar. Para ellos es un trabajo. Nosotros, del mundo amateur, estamos más luchando con el tiempo del que pueden disponer las chicas. La responsabilidad es mayor porque ellos son los que también la tienen”, relató con entusiasmo el ex jugador. Chaya reconoce que en el tiempo de aislamiento las capacitaciones virtuales subieron exponencialmente, acercando a referentes mundiales hasta las habitaciones de su propia casa, una situación tan única como la que vive entrenando a Soria. “Nunca pasó en la historia de la preparación física que un atleta de elite esté casi sin actividad durante más de 100 días. En muchos casos, las cosas ya están escritas, pero en esto no hay una experiencia similar en ninguna parte. Por eso lo que yo planteé en el trabajo con Agostina es una rehabilitación deportiva”, contó el técnico, que también es asistente en el equipo masculino.
Hernán Ferraro asumió la dirección técnica de la Selección argentina en diciembre de 2018 y en su primera lista, Agostina Soria ya tuvo su lugar. Luego fue convocada para jugar la Copa Japón. “Tiene muchas condiciones técnicas y físicas”, describió Ferraro ante la consulta de LG Deportiva. “Tiene que trabajar más para crecer en recepción, eso le va a dar un lugar importante en cualquier equipo, incluida la Selección”, aconsejó el también entrenador del equipo masculino de Ciudad Voley.
También destacó la personalidad que forjó al apostar su familia y ella a una carrera deportiva. “Desde muy chica viajó a Buenos Aires para jugar al voley y ahora, año a año, trata de superarse. Haber jugado en el exterior, también es un plus muy importante para cualquier jugadora”, destacó Ferraro.
Conceptos de Pantera
Entre Tucumán y Santiago del Estero: “es un bajón esa pregunta”, dijo entre risas ante el dilema que siempre la rodea. “Yo nací en Santiago, pero me crié acá, a los dos meses vine a Tucumán. Siempre digo que mi corazón es mitad y mitad: la familia de parte de mi mamá está allá y la de mi papá, acá”, explicó la jugadora apodada en Buenos Aires como “La Tucu”.
Vélez Sarsfield: “siempre lo voy a decir: es mi segunda familia. A mis técnicos los tengo a todos como mis papás. A mis compañeras las veo más que a mis propias hermanas que están acá. Tengo muy buenas amistades ahí, más allá de lo que pase con el voley”.
Plan de talentos: recientemente la Federación de Voleibol Argentino empezó a buscar jugadores. En damas, las alturas que se buscan son de 1,75 metro, de 13 a 14 años, y de 1,85, de 15 a 17. “Creo que son correctos, pero difíciles porque no hay tanta altura en esta parte del mundo. Pero las camadas que vienen son de chicas bastante altas”, opinó Soria, que mide 1,82.
Por Eslovaquia: “no sé si la diferencia de juego es muy grande con respecto a Argentina. Es otro ‘aire’, muy profesional”, calificó su paso por VTC-Pezinok de la ciudad de Bratislava. “Te pagan hasta por descanso, algo que acá no sucede. Estamos peleando por eso”, agregó.
Lo mejor que le pasó
Yamil Chaya sonríe cuando habla de la pandemia. Sí, porque de la pausa obligada por la covid 19 se generaron experiencias inesperadas como la de entrenar a una jugadora de selección. Chaya es el técnico de las divisiones femeninas de Tucumán de Gimnasia y mantiene una amistad con Soria.
“Trabajar con un profesional es lo mejor que te puede pasar. Para ellos es un trabajo. Nosotros, del mundo amateur, estamos más luchando con el tiempo del que pueden disponer las chicas. La responsabilidad es mayor porque ellos son los que también la tienen”, relató con entusiasmo el ex jugador.
Chaya reconoce que en el tiempo de aislamiento las capacitaciones virtuales subieron exponencialmente, acercando a referentes mundiales hasta las habitaciones de su propia casa, una situación tan única como la que vive entrenando a Soria.
“Nunca pasó en la historia de la preparación física que un atleta de elite esté casi sin actividad durante más de 100 días. En muchos casos, las cosas ya están escritas, pero en esto no hay una experiencia similar en ninguna parte. Por eso lo que yo planteé en el trabajo con Agostina es una rehabilitación deportiva”, contó el técnico, que también es asistente en el equipo masculino.
Con lugar en el nuevo ciclo
Hernán Ferraro asumió la dirección técnica de la Selección argentina en diciembre de 2018 y en su primera lista, Agostina Soria ya tuvo su lugar. Luego fue convocada para jugar la Copa Japón. “Tiene muchas condiciones técnicas y físicas”, describió Ferraro ante la consulta de LG Deportiva. “Tiene que trabajar más para crecer en recepción, eso le va a dar un lugar importante en cualquier equipo, incluida la Selección”, aconsejó el también entrenador del equipo masculino de Ciudad Voley.
También destacó la personalidad que forjó al apostar su familia y ella a una carrera deportiva. “Desde muy chica viajó a Buenos Aires para jugar al voley y ahora, año a año, trata de superarse. Haber jugado en el exterior, también es un plus muy importante para cualquier jugadora”, destacó Ferraro.