Las municipalidades administradas por mujeres muestran buenos resultados en la pelea contra la pandemia en Tucumán. Graneros, a cargo de Alejandra Cejas, no tiene infectados. Alberdi, en manos de Sandra Figueroa, registró sólo esta semana dos casos sospechosos (un par de transportistas testeados en Huacra), que no ingresaron a la provincia: estaban aislados en Catamarca esperando los resultados, al cierre de esta edición. Y Aguilares, al inicio de esta edición, anotó la primera contagiada en la ciudad (hay un segundo “positivo” en el departamento Río Chico, pero no es del municipio). Antes, en marzo y en mayo, hubo sendos casos, pero los detectaron en San Miguel de Tucumán y se recuperaron fuera de la localidad del sur.

“El coronavirus asustó a toda la población. Y me incluyo. Hemos trabajado no para decir que no sucederá en Aguilares, sino para estar preparados para cuando eso ocurra”, afirma la intendenta Elia Fernández de Mansilla.

¿Por qué el relativo éxito en la contención de la enfermedad? La jefa municipal ensaya una respuesta en la que se distinguen tres cuestiones: la estructuración de un equipo plural, el cumplimiento de los objetivos trazados con las autoridades provinciales y la respuesta de los ciudadanos.


Entre muchos

“Creamos un grupo interdisciplinario entre la intendencia, el Ministerio de Salud, el Concejo Deliberante, la Policía y la Legislatura, por intermedio del legislador Sergio Mansilla”, enumera.

La decisión se adoptó tras la reunión del 15 de marzo que las autoridades municipales mantuvieron con la La directora del hospital de Aguilares, Karina Fasioli, y la directora del área operativa del Siprosa para esa ciudad, Adriana Barrionuevo. Allí quedaron planteadas las medidas para enfrentar la pandemia.

ACONDICIONADO. Alistaron un centro de aislamiento con 35 camas.

Una primera decisión, destaca la jefa municipal, fue no cerrar la ciudad, a diferencia de otros municipios. “Nos enfocamos en una amplia campaña de concientización, hicimos mucha publicidad y contamos con el acompañamiento de la sociedad de Aguilares. Eso es determinante”, manifestó.

La Intendencia encaró reuniones con los dueños de los comercios, de empresas, de bares y de gimnasios para marcar los protocolos. “Así fuimos trabajando en equipo”, describe.

Otro tanto ocurrió con las entidades bancarias. “Nos pusimos a disposición para controlar el distanciamiento social, el lavado de manos, la desinfección de cajeros automáticos cada cinco usuarios y el uso de barbijos. En la plaza principal regalamos 500 barbijos por día”, describió.


“Por administración”

La profilaxis social fue un capítulo de las metas. El otro consistió en obra pública, a la vista.

“Con recursos de la Municipalidad terminamos de construir el CAPS que estaba en obra. Si hay que destinar el hospital a la atención de pacientes con covid-19, buena parte de las otras prestaciones se podrán derivar al centro de atención primaria”, precisa Fernández de Mansilla.

Con ese mismo criterio, se adquirió “por administración” una ambulancia nueva, “para que haya dos que estén abocadas a atender urgencias distintas que el coronavirus”, puntualizó.

NUEVA COMISARIA. La hizo la Municipalidad y la cedió a la Provincia.

El hospital tiene capacidad para 40 camas. Paralelamente, destaca la intendenta, también con recursos municipales se acondicionó un centro de aislamiento para 35 personas, con habitaciones que cuentan baño privado.

En simultáneo, se trabaja en un hospital de campaña con capacidad para otras 60 camas, para pacientes leves y moderados.


Hasta la necrópolis

Dentro de los objetivos para enfrentar la pandemia, la jefa municipal destaca la construcción de la nueva comisaría, también con fondos propios.

“La terminamos, la entregamos ‘llave en mano’ a la Provincia el mes pasado, y la dotamos de dos camionetas cero kilómetro para que se las destine al patrullaje de la ciudad. El edificio anterior se mantiene, por si se diera un caso de coronavirus en la seccional: la ciudad no se quedara sin sede policial”, explicó. Un tercer inmueble, un antiguo hogar de ancianos, se acondicionó y ahora es sede de la patrulla motorizada.

“La pandemia nos puso en emergencia sanitaria, pero hay también una emergencia en seguridad”, reconoció.

La previsión del equipo multidisciplinario de Aguilares alcanza, incluso, a la necrópolis. “Expropiamos terrenos para ampliar el cementerio. Por supuesto que esperamos no tener que necesitarlo, pero conforme los parámetros que nos dieron tiene una capacidad para 300 víctimas fatales. Eso es también parte del circuito de la covid-19”, afirmó, con angustia, la intendenta.


Lo que viene

Aguilares tiene unos 60.000 habitantes, distribuidos en 67 barrios. “Hemos armado con el Ministerio de Salud una división de la ciudad en 11 unidades de control. Y para cada una se formó un equipo con un policía, un trabajador municipal de Defensa Vicil, otro de Desarrollo Social y tres vecinos, que relevan casa por casa, para determinar si hay pacientes de riesgo”, puntualizó.

A la vez -consigna-, desde marzo el hospital recibe una donación en insumos por $ 500.000 mensuales, que surgen del recorte voluntario de haberes de la intendenta, los concejales y los funcionarios municipales.

El panorama, advierte Fernández de Mansilla, es complicado. “Acabamos de salir de la zafra del limón, estamos en plena zafra azucarera (en el departamento Río Chico hay dos ingenios, Santa Bárbara y Aguilares, y este último se halla dentro de la ciudad) y en 15 días comenzará la cosecha de la papa, lo que representará un ingreso de entre 2.500 camiones provenientes de provincias como Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, donde hay circulación viral”, describió.

Los “frentes abiertos” se completan con la vecina, Concepción que registra varios casos.

“Es una pelea difícil y sin descanso. Todos, autoridades y vecinos, tenemos que dar lo mejor de nosotros para salir”, convocó.