Tucumán sobrevive en un escenario pandémico desde hace al menos una centuria. No se trata del responsable de la covid-19, aparecido en el mundo hace apenas un puñado de meses. El virus que tiene en la provincia un caldo de cultivo ideal es el de la parentela, que contagia a los dirigentes políticos la enfermedad de designar familiares en cargos públicos, como si el Estado fuese su empresa privada.
Tal escenario expuso el periodista Federico van Mameren, en su editorial de la edición de hoy de "Panorama Tucumano".
"En los últimos días se volvió a hablar de nepotismo, porque había aparecido una resolución de la promoción en el Poder Judicial de la hija de la presidenta de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Claudia Sbdar. Pero ni es sólo ella quien lo comete, ni ocurre exclusivamente en la Corte", advirtió el conductor del ciclo.
Van Mameren refirió al editorial del diario LA GACETA publicado hoy, que da cuenta de un jugoso hallazgo en el archivo del diario. "Ese maravilloso archivo nos muestra que el virus de la parentela comenzó a circular hace muchisimo tiempo en Tucumán. Casi antes de que LA GACETA nazca. Una nota de mayo de 1916 daba cuenta de que el entonces intendente de San Miguel de Tucumán, Emilio Terán Frías, decidió que los ingresos al municipio se darían por concurso. Decía que había que poner fin al deprimente y perjudicial nepotismo. Eso ya ocurría hace 104 años", dijo Van Mameren.
Añadió que cuando Terán Frías logró instalar ese sistema, lo calificó como un triunfo moral. Pero no fue el único que execró el virus de la parentela. "Hay un prócer tucumano, Juan B. Terán, con el cual todos se llenan la boca. Él decía que el nepotismo era fruto de la ignorancia y del fracaso de la sociedad", añadió el periodista.
Señaló, luego, que el virus no sólo no fue erradicado, sino que fue fomentado. Y dijo que hasta se lo justifica hoy. "El lunes, el ex presidente de la Corte, actual vocal, Antonio Estofán, dijo que 'cada uno es dueño'. Pero lo cierto es que no es así; y mucho menos en una institución pública. Hay responsabilidades; los hombres están subordnados a las instituciones, y no al revés", precisó Van Mameren.
No obstante el reproche al ex fiscal de Estado, el periodista destacó que, cuanto menos, Estofán dio la cara para dar una justificación de sus acciones de nepotismo, guste o no. "Otros prefieren callar, y esconderse. Porque saben que hacen mal a las instituciones", criticó.
Van Mameren cerró su editorial con el acento en que hoy, a más de un siglo de aquella acción de Terán Frías y de las palabras del padre de la Universidad Nacional de Tucumán, el virus de la parentela pervive en nuestra provincia. "Sigue circulando por todos lados: aparece en votos, en municipios, en Concejos Deliberantes, en Legislaturas. Y seguirá apareciendo, porque los funcionarios, aquellos que asumen responsabilidades públicas, prefieren tomar estas como si se tratase de cosas propias, y no de todos", lamentó.