Hace unos meses, Mariel Aráoz disfrutaba de tener “el mejor trabajo del mundo”. Era ejecutiva de cuentas del NOA de Latam Argentina. El efecto pandemia -entre otros factores- desencadenó que la firma anunciara en julio el cese de operaciones en el país. Ahora forma parte de los 1.700 empleados que quedaron sin empleo. Y tuvo que buscar otra salida. Le fue bien: vende productos de belleza y perfumes y se define como “emprendedora tratando de salir adelante de la crisis económica que hay en Argentina y en el mundo”.
La tucumana de 33 años comenzó a trabajar en la empresa aérea cuando tenía 22, antes de recibirse como licenciada en Comunicación. “Atendía al público armando viajes, vacaciones y cosas lindas que le gusta hacer a la gente”, recuerda y sonríe.
Dice haberse sentido bendecida por trabajar en Latam. “El entorno y los compañeros tienen como un ADN de entrega y pasión; nunca sentí peso de levantarme a la mañana para ir a trabajar. Era una muy buena empresa en cuanto a pago”, recuerda.
Del cierre se enteró a través de los medios de comunicación. “Fue sorpresivo pero a la vez no porque sabíamos que la operación se había reducido y no había aviones volando. Ya iba haciendo el proceso internamente. Pasé por todos los estados emocionales: de la bronca al enojo, a la tristeza, al ver que se acaba de un día para el otro y no pudiste volver a tu oficina o a despedirte de clientes o pasajeros. Ha sido bastante duro”, cuenta.
Llegó a un acuerdo con la empresa a través de un retiro voluntario y en pocos meses pudo cambiar de página. Un amigo la acercó a una empresa de venta por catálogo. Le gustó. Se sumó y hoy maneja una red de 180 vendedores. La mayoría son jóvenes que se han quedado sin trabajo durante la pandemia. “Entendimos que si no nos movíamos y nos quedábamos paralizados, no ibamos a salir adelante: encontramos una nueva forma de vender a través de catálogos digitales que nos mandaba la empresa, de brindar un servicio personalizado con entregas a través de cadete. Eso permitió incrementar las ventas durante la cuarentena”, explica.
La mujer dice que la cuarentena la hizo reflexionar sobre su estilo de vida. “De lunes a viernes estaba a full fuera de casa. Descuidaba tiempo de familia, calidad con mi hija. Y ahora está bueno decir: ‘emprendo lo mío’ y a valorar otras cosas”, afirma. En medio de un contexto pandémico plagado de incertidumbres, Mariel está segura de que su futuro laboral no tiene techo.