El 17 de junio, la Asociación de Clubes y la Confederación Argentina de Básquetbol decidieron en forma conjunta dar por finalizada la temporada de la Liga Nacional a causa de la pandemia. La medida fue aceptada con gran tristeza por los clubes, en especial por Quimsa. La entidad surgida de la fusión de tres clubes santiagueños (Inti Club, Santiago Básquetbol Club y Estudiantes Unidos) era hasta el momento del parate de la temporada uno de los protagonistas del certamen.

En su plantel se alistan dos tucumanos: junto al juvenil Tomás Allende está Iván Gramajo, escolta de 24 años y 1,93 metro, quien desde su casa de Tafí Viejo, dialogó con LG Deportiva sobre la incertidumbre que rodea la situación actual.


-¿Cómo afrontás esta crisis?

- Con la tranquilidad de estar cuidándome a full y de atravesarla junto a mi familia. Como estaba cerca, apenas se decretó el aislamiento obligatorio, me vine de inmediato a mi casa. Con la compañía familia es mucho más llevadero.


- ¿En qué etapa de desarrollo se encontraba el equipo cuando se suspendió la actividad?

- En plena consolidación y con grandes posibilidades de estar en la definición del torneo. Pero en mayor o menor medida, todos los clubes se vieron afectados por esta pausa.


- En el fútbol finalizaron muchos contratos y quedaron cerca de 2.000 jugadores libres, ¿en el básquet ocurrió lo mismo?

- Sí, el básquet no es la excepción a la regla y los clubes atraviesan una situación sumamente complicada por la interrupción de la competencia. En mi caso tengo cierta tranquilidad, ya que por causa de la pandemia, mi ficha de jugador Sub 23 se extendió una temporada más. Entonces, tengo asegurada mi permanencia en el club hasta 2021.


- Esa certeza te ayuda a sobrellevar la situación...

- Por cómo están las cosas, es invalorable la tranquilidad de saber que tengo el trabajo asegurado por otra temporada. Pero no quiero ser egoísta, porque pienso en que muchos de mis colegas se quedarán sin club, y los clubes van a tratar de ajustar su presupuesto al máximo, por lo que el mercado se moverá poco. Ojalá podamos recuperar la normalidad lo antes posible.


- ¿Estás en contacto con los directivos de Quimsa para saber cómo analizan el futuro de la actividad?

- Los jugadores nos comunicamos con el manager del club, Diego Lo Grippo, que se encarga de mantenernos al tanto de las novedades. Además, tenemos la ventaja que el presidente del club, Gerardo Montenegro, es el titular de la Asociación, así que tenemos información de primera mano sobre lo que va pasando. Se habla de arrancar una pretemporada en septiembre para retomar la actividad en octubre, sin público. Pero con la incertidumbre que hay, no conviene adelantarse a los hechos. Es arriesgado.


- En el fútbol, los clubes rebajaron los sueldos en un 30%, ¿qué actitud tomaron los de básquet?

- Se sabe que la mayoría analiza la posibilidad de hacer un recorte en los sueldos de los jugadores. No queremos eso, pero hay que aceptar que los clubes están complicados financieramente y necesitan del aporte de los jugadores para superar esto.


Preparación

El escolta surgido en las inferiores de Talleres de Tafí Viejo sabe que se avecina una temporada difícil y que existen más dudas que certezas en lo referente a la organización de la futura temporada. El taficeño sigue alimentando el sueño de tener una buena campaña, que le abra posibilidades de jugar en el exterior. Para cumplir un objetivo, primero hay que planteárselo.


- Los preparadores físicos especulan que en el fútbol necesitarán entre 45 y 60 días para acondicionar a los planteles con vistas a la reanudación de la actividad, ¿cómo lo ven en el básquet?

- En el fútbol los espacios que un jugador debe recorrer son más grandes, mientras que en el básquet, el juego es más dinámico, vamos y volvemos constantemente. Me parece que con 30 días nos sería suficiente para ponernos en condiciones físicas de volver a jugar. Eso como regla general. Por supuesto, también hay que tener en cuenta las diferentes edades de los jugadores, es un detalle importante. A los más veteranos seguramente les costará más recuperar su mejor estado físico.


- ¿Cómo hacés para mantener tu condición física?

- Desde que volví de Santiago me estoy entrenando en mi casa. En lo que respecta a los trabajos con la pelota, voy a tener que esperar que nos autoricen a volver a trabajar con el grupo. Indudablemente, en estos cuatro meses de inactividad se habrán perdido muchas cosas. En ese sentido sí creo que vamos a necesitar de 45 a 60 días para estar de nuevo a la altura que te exige una competencia de primer nivel nacional, como esta.


- ¿Te parece que esto afectará esto de manera particular a los extranjeros?

- Sin dudas. Muchos clubes tienen en sus planteles jugadores extranjeros que cobran en dólares, y eso será muy difícil de sostener en esta situación. Por eso, me parece que el torneo que viene se va a jugar con pocos jugadores de afuera. No muchos pueden pagar lo que cuestan esas fichas.