“Capitán Beto” comenzó a orbitar la Tierra el 26 de abril de 2013. Fue el primero de los microsatélites construidos por Satellogic, empresa nacida hace 10 años en Bariloche que hoy, con 10 naves en órbita y a punto de lanzar 11 más, busca llenar el cielo de objetos que generan imágenes de muy alta resolución de la Tierra por un costo entre 50 y 100 veces más eficiente que el de cualquier otra compañía en el planeta, afirmó Emiliano Kargieman, fundador y CEO de la firma.

“Esa eficiencia para capturar datos de alta resolución es única; solo lo hacemos nosotros, con muchísima tecnología, muchísimos procesos y mucha transpiración. Es lo que nos da la posibilidad de tener un impacto real en estos grandes problemas”, relató Kargieman a Télam.

En esta década, la empresa que imaginó y fundó con su socio, Ricardo Richarte, pasó de ser una startup incubada por Invap -con inversiones privadas y aporte de 10 millones de pesos del Ministerio de Ciencia de la Nación- a una “pequeña multinacional de ADN argentino”, con más de 200 empleados en Argentina, Uruguay, España, Estados Unidos y China.

“Capitán Beto”, con 38,5 kilos y 82 centímetros, fue vehículo de prueba que abrió paso a “Manolito”, “Tita”, “Fresco”, “Batata” y cinco “hermanos”. En agosto el grupo se ampliará a 11, con la partida de “Hipatia”, y en octubre casi duplicará su tamaño con los primeros 10 de fabricados en serie.

Se trata, en todos los casos, de microsatélites de observación, que permiten a la empresa comercializar productos o servicios de imágenes, datos y analítica geoespacial, para rubros como agricultura, infraestructura, forestación, energía, ambiente y toma de decisiones gubernamentales.

“El primer objetivo era tener suficientes satélites en órbita como para hacer un remapeo semanal de la superficie de la Tierra, por debajo de un metro de resolución. Eso hoy no existe”, afirma desde Barcelona, en reportaje por Zoom.

Para ello- agrega- hace falta poner en órbita, en total, unos 60 satélites. “Ese es el primer paso. De ahí, crecer hacia donde queremos llegar, que es el remapeo diario de la superficie del planeta; vamos a necesitar algunos más”, continúa.

Los orígenes

Satellogic -recuerda Kargieman- nació como respuesta tecnológica a algunos problemas. “Nos concentramos concentrados fundamentalmente en tres cosas: la producción y distribución de alimentos, la generación y distribución de energía, y la gestión de recursos naturales para poder hacer esas cosas”, cuenta, y agrega: “lo que tenemos hoy no es tanto problema de disponibilidad de recursos sino de optimización del uso”.

“Empecé a entender que no teníamos estructura para recuperar datos de lo que pasaba sobre la superficie de la Tierra de manera frecuente y utilizarlos para alimentar mejores sistemas de toma de decisiones. En 2010 decidí dedicarme a construir la infraestructura -cuenta-. Esa infraestructura la forman cientos de satélites, y para construirlos tuvimos que bajar su costo unitario: de cientos de millones de dólares a cientos de miles de dólares. Ese fue el origen”.

Y al mismo tiempo -destaca- redundó en la “democratización” del acceso a la ingeniería geoespacial.

“A nivel de costos ya estamos en el lugar en el que podemos servir a clientes que habían quedado afuera. Para poder hacerlo a la escala que queremos necesitamos más satélites en órbita”, explica y calcula: entre 40 y 50 en los próximos años.

“Falta. Pero estamos trabajando con clientes de todas esas industrias, y por otro lado con gobiernos. Quizás la democratización empezó con el acceso de esta tecnología para gobiernos que antes no tenían acceso de datos”, resume.