La semana que comienza puede ser clave para el futuro del fútbol argentino, pero especialmente para San Martín. En La Ciudadela no bajan los brazos pese a la larga y desgastante pulseada que mantiene con la AFA para defender, a partir de los derechos deportivos ganados en el campo de juego, su ascenso a la máxima categoría. Si bien hasta el momento sus reclamos no fueron escuchados y no obtuvo ninguna respuesta, lo que se decida en los próximos días con la intervención del Gobierno nacional, el panorama podría comenzar a aclararse, lo que no significa que la luz vaya a aparecer al final del camino. Bien se sabe cómo se manejan los dirigentes afistas y difícilmente reconozcan los errores, pero si los plazos que se fijen para el retorno de la actividad se estiran demasiado, no les resultará sencillo a los que conducen la entidad seguir prolongando la toma de decisiones.
Muchos opinan y critican en la intimidad, pero se cuidan cuando tienen que fijar públicamente una posición contraria a lo que resolvió la AFA. Uno de los que no se guarda nada es Ricardo Zielinski, el técnico de Atlético, que se anima a cuestionar las decisiones que se toman en la sede de calle Viamonte. “Se hizo todo mal. El fútbol tiene que reorganizarse. No es verdad que se preocupan por todos los equipos”, comentó al ser consultado sobre la realidad del fútbol argentino. El DT “decano” habla poco, pero cuando opina va a fondo. No tiene filtro y dice lo que muchos piensan pero no se animan a decir.
Zielinski tiene razón. La AFA no se preocupa por todos los equipos. Algunos tienen privilegios. Sólo así se entiende la suspensión de los descensos y la clasificación a las competencias internacionales dejando de lado el reglamento. Algo que nunca antes había sucedido.
En ese contexto, San Martín fue claramente perjudicado. No pudo completar el trabajo iniciado por la dupla técnica conformada por Favio Orsi y Sergio Gómez. No respetaron los derechos deportivos acumulados hasta ese momento y se dejó abierta la definición para los ascensos. Hoy el conjunto de mejor rendimiento en la Primera Nacional se desarmó. No pudo renovar el contrato de 20 profesionales y tendrá que rearmarse en caso de ser obligado a competir. Las condiciones serán otras. Es difícil entender las decisiones tomadas.
La pandemia obligó a suspender la actividad oficial en el fútbol argentino y días después la AFA decidió que, si bien los campeonatos estaban finalizados, los ascensos en cada categoría deberían dirimirse en cancha. Una postura que no se entiende, especialmente cuando se supo que la actividad no iba a reanudarse antes del 30 de junio. Hoy el panorama es completamente distinto. Los protagonistas no serán los mismos. La competencia quedó desvirtuada.
Lo llamativo es el silencio de la mayoría de los protagonistas del fútbol argentino que miran para otro lado mientras se toman medidas que afecta la imagen a nivel local e internacional. “Me sorprende y preocupa que al fútbol argentino le parezca normal esto que está sucediendo. No es normal. Es necesario que todos lo entiendas” expresó Roberto Sagra, presidente de San Martín, al poner sobre la mesa el problema.
La espera de San Martín se alarga y la angustia crece. La AFA decidió castigarlo y el TAS es su última esperanza. Tal vez en Europa encuentre las respuestas que le negaron en el país.