Un notable incremento de la demanda de bicicletas se advierte en ciudades del sur tucumano desde que se flexibilizó la práctica del ciclismo en la provincia. La venta de esos rodados, con fines deportivos y recreativos, alcanzó tal magnitud que la mayoría de los negocios no alcanzan a cubrir el total de reclamos de los clientes. Si antes del inicio de la cuarentena algunos locales de Monteros, Aguilares y Concepción, en promedio alcanzaban a vender hasta dos bicicletas de montain bike por semana, ahora superan las cinco.

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No obstante, la explosión de demanda choca con la caída de las importaciones de los rodados que, en su mayoría, son de procedencia internacional. “Es a causa de las limitaciones  en la adquisición de dólares que a la vez impacta en la compra de artículos en el exterior. De ahí que las firmas mandan bicicletas por debajo de los pedidos que hacemos”, explicó Miguel Daoua,  propietario de una bicicleteria ubicada en Presidente Roca primera cuadra de Concepción. “De procedencia nacional solo se dispone de rodados chicos y que son de una demanda inferior”, añadió. 

¿Qué hizo disparar la compra de bicicletas? “Esto se genera a partir del hecho de que ahora a causa de la pandemia del coronavirus no se puede viajar a otras provincias. Entonces la gente que tenía ahorros con ese fin, ahora lo está volcando en la adquisición de bicicletas”, opinó Carlos Granger, de una bicicletería ubicada en Matienzo y 9 de Julio de La Perla del Sur. “El encierro durante tantos días y la necesidad física y mental de romper la dura rutina a la que se habían acostumbrado, también influyó en esta bicimanía”, añadió el hombre. “Aquí la gente tiene la fortuna de contar con espacios naturales muy adecuados para la práctica del ciclismo. Desde Concepción a Alpachiri hay apenas 18 kilómetros por ruta pavimentada y de ahí otros 11 kilómetros hasta el Parque Nacional Aconquija, por camino enripiado”, apuntó. 

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Granger también cree que el fenómeno comercial está impulsado por el contagio. “Sucede que entre los clientes hay mujeres que compran para comenzar a salir a pedalear en grupo. Entonces así van apareciendo otras que se entusiasman con la propuesta de paseo”, observó. 

Los precios están en función de la calidad del rodado y están atados al dólar. El docente Jorge Serrano es uno de los cientos de ciclistas que, tras la flexibilización de la cuarentena, renovó su bicicleta “ante la necesidad -según dijo- de recuperar la rutina perdida de entrenamiento”. “Es un rodado generoso que te ayuda a mejorar el estado físico y mental que, en mi caso, se vio afectado por tantos días de encierro”, comentó. “Ahora me siento muy entusiasmado con salir a encontrarme con los cerros y bosques que nos regala la naturaleza en estos lugares. Es una muy buena terapia en medio de tanta angustia e incertidumbre que produce la pandemia”, concluyó.