En una especie de deleite gastronómico y erótico, ¿alguna vez pensaste qué se sentiría ser embadurnado con chocolate caliente y crema chantilly?

O algo más osado, como la escena de la película “9 semanas y media” en la que Kim Basinger es masajeada con miel y cerezas maceradas en licor ¿Cuánto fue capaz de transmitirnos la mirada de Dominique Swain -en “Lolita”- al comer una simple banana?

Sea en la ficción o en la vida, la comida es un recurso con el que muchas parejas desean alimentar sus fantasías. Pero, ¿es posible que Afrodita se esconda en la heladera?

“En internet figuran bastantes recetas afrodisíacas que pueden traer buenos resultados por sus ingredientes. Aunque ojo: no está comprobado que haya comidas que induzcan directamente el deseo sexual. Los estudios científicos son disímiles en resultados y los efectos de la ingesta afectan el organismo a nivel general. No particular”, advierte la nutricionista Teresa Guibert.

La sexóloga Amelia del Sueldo Padilla también rechaza las propiedades mágicas. Y en su lugar, enfatiza que el despertar de la libido trae aparejado componentes psicológicos. Sumado a que varía según nuestra personalidad, las expectativas previas y el contexto general del meating.

“Existe un aminoácido llamado l-arginina, que se encuentra en las nueces. Luego de consumirlo se convierte en óxido nítrico y aumenta el flujo sanguíneo. Por lo que al final mejora la llegada de sangre a los genitales. También pasa con los alimentos ricos en omega 3 (como la palta). Ahora bien, eso es insuficiente para que la comida se transforme en afrodisíaca”, añade la terapeuta.

Lo que resulta certero es el resultado hot que despiertan -por la estimulación visual- ciertos productos. “Muchas de estas comidas tienen relación con los contornos del cuerpo, la forma de los genitales o su mucosa. Por ejemplo, está la forma fálica del pepino o las bananas. Y las ostras como símbolo de la vagina”, enumera del Sueldo Padilla.

Alternativas

¿Estás listo para transgredir los “con la comida no se juega”? En busca del menú sexual ideal, los especialistas recomiendan preparaciones en las que usemos las manos.

“Las picadas con una selección diversa de quesos y fiambres o las bruschettas de verduras son dos opciones rápidas y baratas para la previa. Lo que debe primar es la variedad de colores y de texturas”, explica la sexóloga Maira Lencina.

Otra selección es recurrir a los platillos tailandeses, coreanos o de la India. “Las especias son elementales porque embriagan con su aroma e impactan en el paladar. Por eso, también podemos reeditar un wok de arroz y agregarle jengibre, pimienta, canela o leche de coco. Los picantes y los ajíes son otro aliado que levanta la temperatura”, detalla la sexcoach.

En relación a las carnes, el poder erotizante se lo llevan los productos de mar. Entre ellos, son famosas las otras, las almejas, los mejillones y el costosísimo caviar.

Además -como tradición regional- hay quienes afirman que las infusiones de muña muña son vigorizantes.

“Dentro del imaginario colectivo, las trufas suelen ser aperitivos sexuales aspiracionales. La referencia se remonta a la Edad Media, época en que se las consideraba tentación del demonio (y, en consecuencia, catalizadoras de lujuria) por su color y su estructura amorfa”, acota Guibert.

La franja enemiga se compone de excesos de grasa animal y harinas. “Un error frecuente que cometen las parejas es invertir grandes esfuerzos en la cena de cortejo. Se piden platos tan elaborados que al final la sensación de saciedad e hinchazón lleva al cansancio. A veces, es mejor que el disfrute de las calorías sea poscoital”, sugiere Lencina.

En las secreciones

Para quienes conocen el código de la seducción, el cuerpo tiene sus propios aromas y sabores, los cuales también se relacionan con la gula. “En parte, el olor y la textura de los fluidos sexuales cambia en base a la alimentación y los valores hormonales. Por ejemplo, un hombre que consume mucho alcohol, gaseosas, carne y comida rápida puede tener el semen más espeso que un deportista que incorpora frutas”, detalla la experta en nutrición.

Cuerpo dulce

Un consejo extra es ser precavidos sobre qué sustancias colocamos en la zona genital. “Hay productos que causan alergias, irritación, dermatitis o alteraciones del PH vaginal. Para arrancar, un punto medio pueden ser los lubricantes y aceites comestibles a base de agua”, señala la sexóloga Maria Victoria Puertas.

En los sexshops los hay con sabor a coctelería (sea gin tonic o mojito), a postres (como el tiramisú) y frutas.

Y para los arriesgados comensales, cabe recordar algunas prácticas afines como el nyotaimori. Esta es una propuesta japonesa en la que comemos sushi o sashimi sobre el cuerpo de una mujer desnuda. Y el body shot, en auge en EE.UU., en el que se usan las zonas erógenas como recipiente para consumir alcohol.