La historia de una trabajadora sexual que dio positivo para coronavirus fue replicada por todos los medios en Italia debido a que intentan a rastrear a los 30 clientes que se acostaron con ella para testearlos.
La mujer es de origen peruano y tiene 54 años. El miércoles quedó internada y aislada en un hospital de Perugia, en el centro de Italia. Pero en las últimas dos semanas había viajado mucho: estuvo en Barcelona, pasó por el aeropuerto de Ciampino de esta capital, bajó hasta la ciudad de Módica, en Sicilia y luego volvió a subir hasta el centro de Italia, pasando por la ciudad de Foligno. Según un informe publicado por el diario Il Messaggero, estuvo en contacto con al menos 30 clientes en la ciudad siciliana de Módica, en provincia de Ragusa.
Las autoridades sanitarias y el alcalde, Ignazio Abate, pidieron públicamente a los desconocidos que tuvieron contactos con la mujer que se sometieran a los controles pertinentes "a fin de evitar ulteriores contagios".
"Dos o tres clientes por día, por 10 días, suman unas 20 o 25 personas que pueden haberse contagiado el virus o pueden haber infectado a otros en el bar", calculó Abate, preocupado. "Mi llamado se dirige a quienes tuvieron relaciones con esta mujer: ¡vayan a hacerse el test, aún a costa de ser echados por sus esposas!", urgió, al reclamar asimismo que quienes resultaran positivos mandaran a sus familiares y contactos estrechos a hacerse el test.
El alcalde incluso le pidió a la policía la posibilidad de controlar el número de teléfono móvil de la mujer para así rastrear a sus contactos y "a las personas que pudo encontrar".
La historia de esta mujer fue reflejada por La Nación, que la trabajadora sexual está internada, con problemas respiratorios y tos. Permanece en aislamiento.