En el fútbol, el número 12 tiene una variedad de significados. Algunos lo asocian directamente con la hinchada, tal como es apodada la barra de Boca. El sentido del apodo viene a colación de que el equipo está integrado por 11 jugadores y el siguiente en importancia vendría a ser el hincha. Comparándolo con el básquet y su “sexto hombre”, el jugador número 12 sería el suplente más preponderante del plantel. El que más minutos ve después de los 11 titulares y el que más trascendencia tiene. Si hablamos del dorsal de la camiseta, el 12 está asociado a los arqueros suplentes. Antes de que a fines de los 90 se liberen todos los números del 0 al 99 en las camisetas de Primera, era un hecho que el 12 (había números del 1 al 16) era para el arquero suplente. Una vez liberados, aún así, estos continuaron usándolos. Una excepción a esta última regla no escrita es Lucas Melano. El jugador de Atlético que ayer renovó el contrato por 18 meses, usó el 12 en la espalda y de ser uno de los suplentes que más colaboraba (tranquilamente el “decimosegundo hombre”, como dirían en la NBA), pasó a estar entre los 11 aún con el dorsal 12.

Quizás por eso la noticia de su renovación haya sido tan bien recibida por Ricardo Zielinski. El entrenador se enteró en Buenos Aires mientras espera el permiso desde el club para regresar a Tucumán. En la misma situación está Melano, quien aguarda en su Córdoba natal. Desde allí rubricó digitalmente el contrato, como la mayoría de los que se están firmando durante la pandemia.

Melano está instalado ahora mismo en la pequeñísima ciudad de Hernando (de donde es oriundo), a más de 150 kilómetros al sur de la capital cordobesa y a poco más de 60 al oeste de Villa María. El teléfono y algo de señal fueron suficientes para sellar su continuidad en el club.

Zielinski siguió de cerca ese y el resto de las negociaciones y ya celebró la continuidad de Cristian Lucchetti y de Cristian Erbes. De la felicidad por cubrir la zona media y baja del equipo, ahora ve con buenos ojos cómo la zona alta tampoco se desmembra.

SU PRIMER DÍA. Melano habla con el “PF” Alfonso Meoni en julio de 2019.

Melano no fue titular indiscutido al comienzo de la temporada 2019/20. Leandro Díaz y Javier Toledo (aún en el club) eran los delanteros y pese a las habilidades del “Loco” para salir del área, se notaba que al equipo le faltaba un jugador que llegara por las afueras del área. Melano comenzó a intentarlo desde el banco, otorgando soluciones con velocidad y precisión en los pases. El equipo, que prácticamente jugaba sin sorpresa y que ganó apenas dos de los primeros ocho encuentros, comenzó a desequilibrar los partidos y a ganar, con un funcionamiento colectivo superior y apoyado en un aporte clave como el de Melano.


El gol, cuenta pendiente

Aún sin haber convertido un gol en la temporada, Melano generó varios con sus desbordes y fue clave en el partido de vuelta ante The Strongest, en la Copa Libertadores. La velocidad que alcanzó allí, casi que le terminó asegurando el contrato del que ahora disfruta.

Sin embargo, como todo delantero, necesita anotar para ganar en confianza, aunque como vemos en este mismo caso, no es condición excluyente para ser considerado por el entrenador. De hecho, en la primera parte de 2020, cuando fue utilizado como volante por derecha o izquierda, fue cuando mejor lo hizo. Como delantero, perdía metros de recorrido y terminaba sintiéndose su “ausencia” como volante.

Además, en ninguno de los clubes previos se caracterizó como un goleador nato. Tanto en Belgrano, Lanús, Portland Timbers (Estados Unidos) y Estudiantes fue el máximo artillero. Si puede traerlos junto con el resto de su repertorio, mucho mejor, piensa el cuerpo técnico. Pero la razón por la que Zielinski está muy conforme con su continuidad, es por lo que ya le dio al equipo: velocidad y desborde. Aunque todavía el gol no esté.

Melano es uno de los delanteros que por ahora tiene Zielinski para la próxima temporada junto a Leandro Díaz, Augusto Lotti y Matías Alustiza.