La editora en jefe de la revista Vogue desde 1988, Anna Wintour, es amiga de Roger Federer. El mejor tenista de todos los tiempos entabló relación con quien es considerada un ícono de la moda. Una muestra que en el tenis siempre es importante vestirse bien. 

“A veces la he llamado y le pedí consejos de moda. La duda era si manteníamos mi indumentaria como la estoy usando, porque cuando empecé en los ‘90 era bastante holgada. ¿Debemos cambiar? Creo que consultarle es lo mejor que puedo hacer para traer cosas geniales al tenis”, contó Federer. 

A su amiga le gusta saber por anticipado la ropa que va a utilizar en cada torneo. Por eso, antes de cada Grand Slam, le pregunta sobre lo que usará. Tanta confianza le tiene que fue la que tuvo la última palabra cuando Federer decidió cambiar de patrocinador de ropa luego de 20 años.


Los materiales modernos facilitaron todo

Las telas que diseñan las marcas fueron fundamentales para que el look fuese más original y vistoso, pero también para la comodidad del jugador. Primero y principal con el desarrollo de las telas se busca que la humedad sea lo más controlada posible y que la temperatura corporal sea óptima. Los géneros modernos también hacen posible que haya más opciones en los diseños: musculosas, más escotes, remeras con espaldas descubiertas, volados, breteles con diferentes formas, estampados. El público también empezó a tener un protagonismo porque los diseñadores no sólo piensan en el jugador, también en que el espectador sienta la motivación de usar esa indumentaria, no necesariamente para competir o jugar, sino en su vida cotidiana y generar un mercado de ventas lo más exitoso y amplio posible.