En cada receso invernal, la Terminal suele ser un hervidero de turistas, alegrías e ilusiones. Este año, en cambio, la pandemia la convirtió en un sitio desolado y silencioso, con un movimiento mínimo, barbijos y muchos controles.

SÓLO ÓMNIBUS INTERURBANOS. Los colectivos de larga distancia desaparecieron; solo se observa el ir y venir de los colectivos que van al interior de la provincia; atrás, el trailer sanitario del Ministerio de Salud.
MALETEROS CON BARBIJO. Los trabajadores esperan la llegada de pasajeros. Esta será una temporada invernal con poco trabajo para ellos.
POCAS BOLETERÍAS. Varias persianas bajas y muy poco movimiento.
CON CUBREBOCAS. Si no se lo usa bien, el barbijo no sirve de mucho.
CONTRA EL CORONAVIRUS. En la Terminal se controla a los pasajeros.
ESPERAS SOLITARIAS. Distanciamiento social en el interior.
CASI DESIERTO. El pasillo central de la terminal, con muy pocas personas.