“Decidí quedarme en Tucumán porque mi intención es continuar jugando en San Martín”. El vínculo de Nicolás Castro con el club, al igual que el de otros 17 futbolistas, finalizó el pasado 30 de junio, pero él sólo espera que pase el vendaval. Está cómodo en la provincia y, mientras aguarda la llegada de su segundo hijo, planea un futuro más extenso en Bolívar y Pellegrini. “Los directivos de San Martín me manifestaron su interés de que siga en el club y yo me quiero quedar. Pero la realidad es que mientras no se sepa cómo se organizarán los torneos todo será incertidumbre. No queda otra que esperar”, explica resignado el volante que tuvo una muy buena temporada: aportó desnivel, sacrificio y goles a un equipo que dejó su huella en la categoría.

Cuando la pelota se detuvo, el carrilero nacido en General Paz (Buenos Aires) analizó bien la situación junto a su esposa y decidió que lo mejor era esperar acá, en la provincia, donde estaba instalado y donde él piensa seguir dándole forma a su vida. “Sabíamos que acá la situación respecto al virus era mejor y que existía la posibilidad de volver rápidamente a los entrenamientos. Lamentablemente desde Buenos Aires, donde la situación está muy complicada, ordenaron no practicar hasta que ellos no lo autorizaran. Creo que deberían tener consideración con los planteles de San Martín y de Atlético; acá se podría entrenar llevando adelante ciertos protocolos”, dice el volante, que igualmente trata de aprovechar que Tucumán está en mejor situación sanitaria que otras provincias.

“Cuesta mucho estar tanto tiempo sin competencia oficial. Entrenarnos en casa o salir a correr sólo sirve de paliativo para mantenernos en forma. Casi todos los días, me junto con Lucas (Diarte), Claudio (Mosca) y el “mellizo” (Víctor) Salazar y nos entrenamos en un predio de Lomas de Tafí o en Los Nogales. Ahora que habilitaron las canchas de fútbol 5 pensamos en ir para hacer trabajos con pelota”.

En La Ciudadela esperan el fallo del TAS y así, mientras dirigentes e hinchas viven horas de tensión y de angustia, los futbolistas también piden a gritos una pronta definición al respecto. “Estamos viviendo una enorme incertidumbre. No sabemos qué será de nosotros cuando termine todo esto. Es como que todo está en el aire”, sentencia el ex volante de Sarmiento de Junín

¿Qué será de la vida de “Nico” una vez que esta pesadilla sea sólo un triste recuerdo? Él sueña con que el club sea escuchado en el máximo tribunal del deporte y con poder extender el contrato. Sueña con que su pequeña Juana y su futuro hijo, ese que llegará en noviembre, lo puedan ver jugando en la máxima categoría de nuestro fútbol. Sí, defendiendo los colores de San Martín, algo que él no dudó nunca; ni en el momento más difícil de la temporada.


Tiene nuevo club

Alvarado de Mar del Plata, equipo presidido por Facundo Moyano, arregló la llegada de Pedro Fernández, ex arquero “santo”. El “1” será nuevamente dirigido por Gastón Coyette, quien también lo había traído a Tucumán.