Van casi 25 días de vacaciones oficiales en nuestro fútbol y el pescado está sin vender en Atlético. Sin vender, sin comprar, sin prestar y sin renovar. Sí está la certeza de que no seguirán tres de los actuales jugadores (cuyos contratos se vencen a fin de mes) y no es menor. Porque el refrán del pescado se aplica no solo a Atletico sino a la totalidad de los clubes en nuestro país. Grandes, chicos, poderosos o pobres. Todos sufren las consecuencias de la pandemia por Covid-19 y se las ingenian para actuar en un mercado de pases que será tan único como -esperemos- irrepetible.

“Este va a ser un año claramente atípico”, anticipa Miguel Abbondándolo, vicepresidente “decano”, encargado de las altas y bajas que tiene el club y actor protagónico en estas etapas del año (junio y enero, sobre todo). Claro, parece una verdad de perogrullo pero él no se refiere a la situación sanitaria: todos ya sabemos que el año está siendo diferente y atípico. Abbondándolo se refiere a las operaciones entre clubes y entre los clubes y los mismos jugadores. “El tema económico va a ser clave”, explica el directivo. Por supuesto que sí: empresas chicas y grandes sufren las consecuencias de la forzada parálisis de la economía y les cuesta volver al ruedo. ¿Por qué en los clubes de fútbol sería diferente?

Entonces, el hincha de Atlético no puede esperar de este mercado de pases grandes compras, ventas y movimientos. De hecho, ningún equipo las tendrá al menos hasta que todo se estabilice pero el tiempo jugará un factor. “Tenemos que hacer bien los números para después pagar lo que se ha prometido”, agrega Abbondándolo. Si hay crisis, habrá que sincerarse y no pintar todo de rosa para los que llegan.

El pescado sin vender. “Todavía no nos llegó ninguna oferta por jugadores del club”. Abbondándolo es claro. Pese a los variados rumores, no hay ofertas concretas en el buzón “decano”. Una muestra de que el club de 25 de Mayo y Chile no es el único que padece la situación. Los rumores ubicaban a Jonathan Cabral en Inter de Miami e la MLS y a Guillermo Acosta en Racing. Nada de eso es cierto, por lo menos hasta ahora.

LOS ÚLTIMOS DOS. Leito e Ignacio Golobisky posan con los refuerzos de Atlético en enero: Matías Alustiza (foto) y Guillermo Ortiz.

El pescado sin comprar. “No estamos en condiciones de hacer erogaciones de ese tipo”, advierte el directivo. Corrió el rumor de que comprarían el pase de Leonardo Heredia. Falso. Si llega alguien al club será a préstamo. Muy difícilmente compre la ficha de alguien en estas circunstancias. Lejos quedaron las operaciones de Cabral hace poco cuando se compró parte de su pase al igual que Augusto Lotti.

El pescado sin prestar. Los clásicos “refuerzos”, entonces, llegarán a préstamo. De esos tampoco hay novedades por varias razones. La crisis y la situación interna. Primero deben confirmar a los jugadores que actualmente están en el plantel y luego saldrán a buscar. Es un hecho que deberán llegar porque ya se fueron tres (Dylan Gissi, José Luis Fernández y Ariel Rojas).

El pescado sin renovar. Quizás esto sea lo más cerca de concretarse esté en el mundo “decano”. Las charlas están avanzadas con buena parte de los otros nueve jugadores cuyo contrato vence el 30 de este mes y entre mañana y el jueves podría haber novedades. Es justo recordar también que los propios dirigentes advirtieron que no necesariamente renovarían seguro los nueve jugadores que restaban tras las seguras desvinculaciones de los tres mencionados previamente.

En realidad nada es seguro en este extraño y atípico mercado de pases. Lo único que tendrá de similar a los otros es lo que necesitarán los hinchas para seguirlo: paciencia.