“Disculpe señor periodista, me dirijo a usted con el más grande y debido respeto por su trayectoria, porque me encuentro desesperado”. Así comenzaba la carta que Roger William Doldan envió a LA GACETA semanas después de haber sido detenido por el brutal homicidio de Cecilia Brito, una joven de 18 años a la que golpearon, abusaron y asfixiaron poniéndole pasto seco en la boca.
En la misiva, que fue publicada en la edición del 21 de julio de 2012 de nuestro diario, el imputado intentó despegarse del hecho. Lo mismo hizo desde el 12 de junio, el día en el que se produjo el homicidio.
“Según la Justicia todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario y aquí en la provincia parece que es al revés. Alguna vez me equivoqué y pagué por mis errores. Los análisis me dieron negativo y demuestran mi inocencia. Yo creo que la Justicia debe manejarse o llevarse de hechos en concretos y no de dichos o suposiciones”, se defendió Doldan en la carta que generó polémica en La Cocha y entre los lectores de toda la provincia.
El acusado intentó quitarse la vida en la cárcel, y en la carta afirmó que lo hizo para que le suministraran los medicamentos. “Si nos condenaran a nosotros dejarían al asesino suelto, y si esto volviera a pasar ¿qué van a decir? Los otros no eran. Tengo un bebé hermoso de un mes y una mujer hermosa a la que amo, tengo una excelente relación con mis vecinos. Hay gente que opina de mí y vive a cientos de kilómetros”, escribió Doldan.
Al día siguiente de que encontraron el cuerpo de Cecilia, Doldan y Luis Aguilar, también detenido, se presentaron voluntariamente en la comisaría de La Cocha, contando que estuvieron en una fiesta cerca del lugar del crimen, pero que no vieron nada. Se ofrecieron para colaborar con la causa y, como testigos, declararon en varias oportunidades planteando teorías y aportando datos que entorpecían la pesquisa.
Con el tiempo, los investigadores encontraron contradicciones en las versiones de los asistentes a esa supuesta fiesta. Así lograron desentrañar lo que sería una puesta en escena para encubrir el crimen. Brahian Bulera se quebró, y confesó que vio a Doldan y a Aguilar abusar y matar a Cecilia.
“Para mí es una vergüenza de lo que se me acusa. Me imagino el dolor de la familia Brito, pero inculpando a alguien inocente no le van a devolver la vida. Estoy dispuesto a cualquier tipo de prueba o análisis, porque sé que soy inocente y en mi misma situación están varias personas que sin tener nada en contra de ellos, llevan meses presos”, escribió el detenido.
Doldan y Aguilar fueron sometidos en 2011 a un cotejo de ADN, que dio negativo. Sin embargo, el fiscal Edgardo Sánchez, que estaba al frente de la investigación, ordenó que la pericia fuese realizada nuevamente, ya que se había vulnerado la cadena de custodia de las muestras de los acusados, y sospechaba que habían sido alteradas.
“¿Si yo fuese hijo de un político o de alguien importante la Justicia sería la misma? Sólo me queda agradecerle su atención y agradecerles a los chicos que me descolgaron del cuello, Lucas Medina, Claudio Carrizo, Nelson Vallejo, Orlando Corbalán, Manuel González, y a los efectivos de la comisaría de Aguilares. Eternamente agradecido por su atención. William Doldan. 100x100 inocente”, finaliza la carta.