La historia de Elías
Asesinado por un celular
Elías Robles estaba en la casa de su hermana el 10 de abril, al mediodía. Mientras intentaba hablar por teléfono en la vereda, dos delincuentes lo encañonaron para robarle el celular. A pesar de que él lo entregó y no se resistió, lo asesinaron de un disparo en la cabeza. “Los dos delincuentes estos ya habían estado arrebatando, y en la comisaría lo sabían, tenían información, pero no hicieron nada”, se queja Adriana Romero, su madre. El ataque ocurrió en San Cayetano.
“Lo mataron porque lo quisieron matar”, asegura la mujer, con lágrimas en los ojos, mientras su esposo, Raúl Pacífico Robles, intenta consolarla sin éxito.
Los acusados ya tenían antecedentes, incluso por homicidio en ocasión de robo. “Nos están matando como si nada. La seguridad no existe en toda la provincia, es una mentira”, dice Romero. Y no duda: “si la ley se hiciera cumplir como se manda, si estos tipos hubieran estado presos como debían, mi hijo no estaría muerto hoy”.
En Mendoza al 3.400
Los despertaron a patadas
Daniel Gutiérrez vive en calle Mendoza al 3.400. El 4 de junio, tres personas ingresaron a su casa minutos antes de las 7. Con extrema violencia rompieron el portón de entrada y la puerta de acceso. “Estábamos acostados con mi esposa cuando sentimos ruidos como si quisieran tirar la puerta abajo. Gritaban que eran policías, pero eran delincuentes”, explicó el empresario. “Hicieron un ruido tremendo, lo único que les faltaba era cortar el tránsito para que todos se dieran cuenta”, agregó. Los asaltantes, armados, revolvieron toda la casa y se apropiaron del poco dinero que tenía Gutiérrez, de celulares y artículos electrónicos. En la misma cuadra que el comerciante vive el ministro de Seguridad de la provincia, Claudio Maley, a quien Gutiérrez responsabiliza por la inseguridad. “O no saben o no quieren resolver todo esto”, se quejó. El ministro respondió que el caso se está investigando, pero no descartó que el ataque tuviera connotaciones políticas.
Rápido atraco
Violento ataque a un bioquímico
Héctor Ávila es uno de los bioquímicos más reconocidos de Tucumán. Fue presidente del Colegio y tiene una destacada trayectoria. El 6 de junio ingresaba a su laboratorio en calle Juan Luis Nougués al 100 junto a su secretaria. “Nos empujaron hacia adentro, con mucha violencia. Parece que nos habían estado esperando”, relata el profesional, quien parece aún no haberse recuperado del ataque. “Eran tres delincuentes armados que nos pedían de todo. Nos pegaban y nos sacaban todo lo que teníamos encima”, recordó Ávila, que debió entregar dinero, celulares y hasta un costoso microscopio. Tuvo que enseñarles a los delincuentes cómo se ponía en marcha su auto, ya que ellos no sabían. “Fue traumático”, dijo. “Estamos naturalizando hechos que deberían ser excepcionales. Se pueden atribuir responsabilidades, pero tenemos que hacer un estudio global y conocer las consecuencias de la inseguridad. Así va a ser muy difícil salir de esto”, reflexiona.