Johana Herrera tiene un rol central en 7 de Abril. Cocina todos los días para 65 chicos que van a buscar la vianda a la escuela. Pero también sufre. “Tenemos que salir como delincuentes. Intentamos darle plata a alguno que tenga vehículo para hacer las compras, pero no pueden pasar”, cuenta. Cobra un plan de $ 5.000 por su trabajo en la escuela. Pero no hay en la zona un cajero para que extraiga lo que el Gobierno le deposita. “No tenemos ayuda de nadie”, remarca. Para peor, en medio de todo, se derrumbó su casa, a causa de un enorme hormiguero. Tuvieron que armar una simple pieza de chapa y allí vive con su marido y sus hijos, sufriendo a esta altura del año, además, las inclemencias del frío. “Ya no sabemos qué hacer, ni a quién recurrir. Queremos que alguien nos escuche y nos ayude a todos. Somos tucumanos, pero parece que a nadie del Gobierno le importa”, se queja.
A la cocinera de la escuela se le derrumbó la casa y vive entre chapas
Johana Herrera cocina para más de 65 chicos en la escuela. Vive con su esposo y su hijo. LA GACETA / FOTO DE ÁLVARO MEDINA