La conocemos desde hace más de 200 años. Sin embargo, cada vez se hace más difícil controlar las epidemias de dengue. La enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti persiste y se expande sin vacunas efectivas ni remedios que ayuden a frenarla. ¿Por qué es tan complicada? Porque el insecto vector tiene una capacidad de adaptabilidad sorprendente. Una cualidad que también posee el virus: cuando este salta de una especie a otra reprograma su información genética para infectar mejor a un organismo.

Funciona como una moneda de dos caras, que utiliza una u otra cara, depende si está en el humano o en el mosquito. Este hallazgo, realizado en el Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir, abre muchas puertas. Permite pensar en formas más efectivas para combatir la enfermedad. En esta entrevista, la doctora en bioquímica e investigadora Claudia Filomatori proporciona detalles sobre el estudio que llevó a cabo bajo la dirección de la reconocida viróloga Andrea Garmarnik.

- ¿De qué se trata el estudio que hicieron?

- El virus del dengue debe obligatoriamente transmitirse entre mosquitos y humanos. Cuando el mosquito infectado pica a las personas es capaz de pasarle el virus. A su vez, el hombre infectado puede, luego de una picadura, infectar nuevos mosquitos perpetuando el ciclo. Este hecho impone un gran desafío para el virus, ya que tiene que ser capaz de infectar y reproducirse eficientemente en dos sistemas completamente diferentes. Para empezar, mosquitos y humanos tienen distinta temperatura corporal, distintos mecanismos bioquímicos para subsistir y distintas estrategias para defenderse contra el virus. En el laboratorio, nos interesamos en estudiar qué necesita el virus para replicar dentro de las células de mosquito, qué necesita para replicar dentro de las células humanas y cómo logra saltar de una especie a otra. Encontramos que dentro del material genético del virus, hay una parte que cumple funciones opuestas en humanos y mosquitos. Esta región se necesita para que el virus infecte al hombre, mientras que es perjudicial para la replicación viral en mosquitos. Es así que el virus del dengue se encuentra con un gran dilema: ¿conserva esta parte del genoma o se la saca de encima? Sorprendentemente, el virus del dengue resuelve este problema de una manera muy ingeniosa. Es capaz de mutar cada vez que pasa de mosquitos a humanos. Cuando infecta mosquitos, el virus introduce mutaciones que rompen esta región molesta para la replicación viral y luego, al transmitirse al hombre, cambia nuevamente su material genético para recuperarla. De esta manera, el virus del dengue logra atravesar las barreras de especie y replicar con éxito dentro de ambos hospedadores. Decimos entonces que el virus del dengue tiene un genoma “plástico”, que es capaz de cambiar rápidamente durante el ciclo de transmisión viral. Esta plasticidad le da una enorme capacidad de adaptación.

- ¿Para qué sirve entender cómo salta un virus de una especie a otra?

- Para combatirlos es fundamental conocer qué necesita cada virus para replicar en humanos y en mosquitos. Esta información es muy útil para desarrollar estrategias antivirales. En ese sentido, podrían diseñarse virus recombinantes que no puedan saltar entre especies y de esta manera, controlar al virus.

- ¿Qué significa que podrían diseñarse virus recombinantes?

- En el laboratorio se pueden introducir artificialmente mutaciones en el material genético del virus y construir de esta manera virus mutados. Es posible, por ejemplo, mutar al virus de manera de atenuar la replicación viral. Estos virus atenuados recombinantes pueden funcionar como base para el diseño de cepas vacunales.

- Este año hubo más casos de infectados por dengue y también más muertes. ¿Esto significa que el virus está en expansión y es más virulento?

- Los brotes del virus del dengue son muy explosivos y se dan por ciclos. Es decir, se produce una “explosión viral”, luego bajan los casos y después de tres a cinco años el virus reaparece con fuerza. Esto tiene que ver con la biología del mosquito. Al respecto, durante 2016 tuvimos en nuestro país la peor epidemia de nuestra historia, con cerca de 40.000 casos. Cuatro años después, registramos un nuevo record en el número de casos de dengue.

- ¿Cómo nos afecta que los brotes aparezcan cada tres a cinco años?

- Esta característica de las epidemias hace que nos olvidemos del dengue hasta que vuelve a aparecer. Y para controlar al dengue es necesario tener una actitud activa y permanente. No hay que olvidarse cuando los casos bajan. El dengue es un tema muy complicado y no tenemos que descuidarlo, ya que vamos a tener que convivir con él durante muchos años.

- ¿Eliminar el mosquito sigue siendo la medida más eficaz para frenar la enfermedad?

- Hasta el momento no hay vacunas ni terapias antivirales específicas. Por ese motivo, hoy en día la única medida que podemos tomar para frenar la enfermedad es la prevención. Ese es un trabajo conjunto entre los Ministerios de Salud y de Educación, y toda la sociedad. Es importante que cada uno de nosotros tome conciencia y adopte una actitud activa, “descacharrando” para eliminar todos los reservorios de agua estancada y utilizando repelentes para mosquitos. Sólo un par de casos puede rápidamente gatillar un brote de dengue y contagiar a toda una comunidad. Es por eso que además de la prevención, el diagnóstico precoz es fundamental para detectar a toda aquella persona infectada para aislarla y frenar la propagación viral.

- ¿Por qué está costando tanto hallar una vacuna eficaz?

- No hay un solo tipo de dengue sino cuatro. Cuando una persona se infecta con un determinado dengue sólo queda protegida contra ese tipo en particular, pero no contra el resto. Si esa persona se vuelve a infectar con otro tipo de dengue aumenta el riesgo de que desarrolle un cuadro clínico más grave. Por ese motivo, una vacuna eficaz debe proteger para los cuatro tipos de dengue por igual. Si la vacuna sólo protegiera contra tres de los cuatro tipos de dengue y la persona vacunada se infectara con el tipo restante, la probabilidad de que se complique el cuadro clínico sería muy alta.

- ¿Qué tan lejos (o tan cerca) cree que estamos de tener algo para controlar la enfermedad?

- Actualmente hay en estudio una vacuna del Instituto Nacional de la Salud (NIH) de los Estados Unidos muy prometedora, que se encuentra en fases clínicas muy avanzadas. Si todo sigue bien, es posible que tengamos pronto una vacuna contra los cuatro tipos del virus.