Fuertes pasiones, rencores de vieja data, violencia contenida a punto de estallar y suspenso que crecía mientras avanzaba cada capítulo hasta llegar a un punto cúlmine que se cortaba sin resolución, al tiempo que una voz invitaba a seguir la historia al día siguiente.
Esa era la columna vertebral de los radioteatros que convocaron todas las tardes a decenas de miles de personas durante décadas en la Argentina. Una experiencia que iba mucho más allá de la simple emisión de voces por un parlante, porque cada receptor construía un universo de emociones y personajes creados en la imaginación personal. Luego, cuando cada compañía visitaba los pueblos, esas expectativas se venían reflejadas sobre algún precario escenario para completar el circuito artístico.
Radioteatro: nuevas tecnologías que están al servicio de la creatividadHubo miles de funciones y cientos de artistas trashumantes que trajinaron las rutas polvorientas, antes del asfalto, en la era de oro del género, que tuvo su pico en 1950 y fue apagándose hasta cuatro décadas después.
Hoy, el radioteatro regresa al aire. Lo hace en un tributo especial del Ente Cultural de la Provincia y dentro del Mayo de las Letras, pero con voluntad de continuidad a futuro. El momento es propicio para recrear el encuentro familiar doméstico, en tiempos de estar en casa por la pandemia de coronavirus.
A las 23.30, por Radio Nacional Tucumán, se emitirá esta noche el primero de los 20 capítulos de “La loba”, que se presentarán de lunes a viernes a la misma hora. El texto es del argentino Francisco Defilippis Novoa (el autor de “He visto a Dios”), con adaptación y dirección de Carlos Kanan, referente indiscutido del género en Tucumán y uno de sus protagonistas a lo largo de su vigencia.
La historia, como no podía ser de otro modo, es de amor y de sangre. “Todo ocurre en La Sila, un rincón oculto en los montes nevados en el corazón de Calabria, donde la naturaleza es lujuriosa, sensual y sugestiva como aliento de mujer, agreste y pleno de bravía belleza. Sus bosques, con el sombrío misterio de las gentes que allí viven y que pertenecen a una raza fuerte, dan testimonio de una mujer que se convierte en loba y viene a cobrar venganza por la injusta muerte de su madre y hermano”, se anticipa en el resumen del guión.
El elenco está integrado por miembros del Teatro Estable: Andrés D’Andrea (relator), Noé Andrade (Rosario), Alejandra Páez Salas (Úrsula), Ricardo Podazza (Roque), Sergio Domínguez (Salvador), Daniela Canseco (Anna), Marcos Zerda (Pietro), Nelson Alfonso (Giulio), Mariano Juri (Genaro) e Ignacio Hael (Cursio). Como actriz invitada está Mora D’Andrea (Rosario niña). La coordinación técnica fue de Christian Pedersoli y la edición, de Gerardo Alderetes.
“Elegí esta obra porque es de un autor muy reconocido y tiene sólo cuatro personajes protagónicos y algunos episódicos, cuando otras tiene ocho o 10. El trabajo lo realizamos a través de internet, de un modo casi desconocido por todos, vía plataformas y Zoom y cada uno con sus intervenciones desde su casa. Es muy interesante el argumento, tiene mucha intriga”, destaca Kanan en diálogo con LA GACETA.
- ¿Qué motivó este proyecto?
- Quisimos llevar el Teatro Estable a los hogares durante esta larga cuarentena, y pensamos que la mejor manera de hacerlo era a través del radioteatro, un género que hizo historia en Tucumán, que es indiscutido y que marcó una época. En este momento de “quedate en casa”, la idea es que lloremos a través de Radio Nacional con un autor argentino, de gran envergadura.
- En lo personal es regresar a una era inolvidable...
- Tiene un significado muy especial porque vuelvo a los orígenes, con toda la carga emocional que eso significa. Pero me excede, porque la propuesta es retrotraernos todos a los años 50, cuando se inicia el derrotero de gloria del radioteatro que sigue hasta la masificación de la televisión. Luego vino la emisión a color, y el tiro de gracia fue cuando hubo programas continuados las 24 horas. Entonces, la radio pasó a segundo plano. Pero en su momento de esplendor, las tres emisoras tucumanas de AM tenían radionovelas en el aire en distintos horarios. LV12 era la principal: tenía un alcance de 500 kilómetros a la redonda y emitía un bloque central con cuatro compañías seguidas de 14 a 16, cada media hora, con distintas obras y elencos. Además tenía una estación de onda corta que posibilitaba que se la escuche en cualquier parte del mundo, y teníamos seguidores incluso en La Paz, Bolivia. En 1990 tuve el gran honor de transmitir los dos últimos radioteatros comerciales que se hicieron en Tucumán: “Esos que dicen amarse”, de Alberto Migré, y “Por las calles de Pompeya, llora el tango y la Mireya”. Volví luego con otras dos experiencias, de la literatura universal para la Municipalidad y la Provincia, pero fueron cosas esporádicas, sin continuidad. En cambio, este retorno se proyecta en el tiempo.
- ¿Era una fuente laboral importante?
- Era un éxito arrollador enorme, muchos actores podíamos trabajar y hacer giras que eran realmente increíbles. Recorríamos todo Tucumán, los Valles Calchaquíes y Santiago del Estero, y llegábamos hasta Salta, Jujuy, parte del Chaco y hasta el límite con Santa Fe. La gente escuchaba la radionovela y luego llevábamos la versión teatral. Estábamos hasta seis meses trabajando todos los días, incluso a veces bajo la lluvia porque la gente no quería irse del local si no hacíamos la función. Actuábamos en teatros, cines, escuelas, circos, parques de diversiones y hasta atrios de iglesias. Es algo que quedó en el imaginario del público, con funciones tarde y noche, que tenía baile posterior, y para más de 1.000 personas. Como en algunos lugares no llegaba la energía eléctrica, nos iluminábamos con lámparas de rayosol que se usaban en la campaña.
Kanan evoca títulos y colegas. Entre los primeros aparecen “El león de Francia”, ”La danza de la gitana”, “Pido luz en mis ojos”, “Fachenzo, el maldito”, “El mendigo de la rivera”, “Ante Dios todas son madres”, “Hijos de crianza”, “Los hijos de nadie” y “Dolores, la gitana de la copla”. Y entre sus amigos de escenario, en la lista incompleta figuran Mario Vanadía, Fanny Dupré, Nelson González, Norma Rey, Silvia Quintana, Álvaro Gutiérrez, Alfonso Gómez Delcey, Olga Sfriso, Luis Moglia, Carlos Elías Merlo y Blanca Rosa Gómez. “Muchos de ellos nutrieron luego el Teatro Estable, y esta iniciativa también es en su homenaje”, remarca el director.
Experiencias en el país: diversas propuestas en el aire
El radioteatro está teniendo otras experiencias en este tiempo de cuarentena. Desde ayer y durante toda la semana, la emisora Nacional Folclórica ofrecerá “Cinco días que conmovieron al Río de La Plata”, una obra escrita por Alejandro Stilman, con la dirección de Nora Massi y las actuaciones de Claudia Lapacó, Héctor Calori y Quique Pesoa, entre otros recreando lo que hubiese sido una transmisión radial de los acontecimientos de 1810. Es un bloque dentro del programa especial que va de 14 a 16, que conduce Gustavo Campana. A su vez, el grupo Eclíptica Teatral, que conforman actores de Santa Fe y Paraná, presenta desde marzo su “Ciclo de radioteatro en cuarentena”. Ya pusieron al aire “Los ricos tienen coronita” y “Habitación 13”, tanto mediante plataformas de streaming como Spotify, YouTube, Ivoox o Anchor como por 12 radios de Santa Fe, Entre Ríos, Chaco y provincia de Buenos Aires. El próximo proyecto es “Reina a la vista”, que ya se comenzó a grabar con un elenco integrado por artistas de distintas provincias y españoles.