Si gran parte del arte se ha refugiado en el mercado, en las millonarias subastas, en las ferias on line, donde se vende y se compra, otras manifestaciones artísticas continúan en las calles, a modo de resistencia, de denuncia.

Son las intervenciones con consignas claras, a través de stencils, objetos, stickers y sellos, pegados en postes, paradas de ómnibus y también en las redes sociales. Arte + activismo= artivismo.

“No se trata de romper la cuarentena. Estamos actuando en espacios de cercanías, de esos que están autorizados para ir a la farmacia o al mercado”, aclara Mané Guantay.

“Los femicidios no están de cuarentena” se puede leer en un cartel incorporado a un poste en una de las peatonales. En una desolada parada de la línea 100, en Yerba Buena, se publicita el artivismo federal.

Textos y figuras, en el centro, en El Bajo y en la “Ciudad Jardín”.

El pasado 24, desde un espacio denominado las #Cuarencharlas el grupo Cama Redonda, de acción artivista federal, transfeminista y horizontal, lanzó la acción #contagiamosimágenes.

La “grupa” presentó un mapeo de la situación de los artistas visuales en cuarentena de San Luis, La Rioja, Salta, Santa Cruz, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santiago del Estero, Tucumán y Buenos Aires. Y se identificaron ejes “pandémicos” para realizar acciones artísticas: educación en la virtualidad, violencia machista y con las infancias, violencia institucional, repensar la salud, lo saludable, la precariedad del trabajo artístico y el estado crítico de los sectores históricamente desfavorecidos.

En el proyecto se señala que #contagiamosimagenes “sirve para compartir y reflexionar situaciones que los medios hegemónicos no quieren mostrar”.

En la primera convocatoria participaron alrededor de 70 artistas de distintas ciudades.

“Cuarencharlas”

Cama Redonda participará hoy en las “Cuarencharlas”, en las que todas las semanas intercambian virtualmente los estados de situación de las artistas en todo el país. Ya pasaron por estos debates Andrea Giunta y Ana Gallardo, precisando de qué modo las historias se escriben discriminando a las mujeres en museos, salones y exposiciones en todo el país.

Mañana lo hará la gran pintora Marcia Schvartz. Estas charlas se pueden seguir en el programa de cultura viral federal, a las 18 (https://us04web.zoom.us/j/9525881303…ID 952 588 1303 Password 30032020).

Y el jueves se realizará otra acción callejera de #contagiamosimagenes.

Incluso, existe un drive abierto que es libre, en el que cualquier persona puede ingresar y subir o bajar imágenes, que son de tránsito libre: https://bit.ly/contagiamosimagenes.

En un barrio, una imagen con el mosquito pintado de negro, se lee: “En esta zona, el único que tiene corona es el aedes”.

Aunque pequeñas y poco visibles, las intervenciones dan cuenta de algunos de los graves conflictos sociales y no solo de los artistas.

La bajada local sobre el dengue y los carteles sobre la violencia de género tienen mucha vigencia en momentos en que la enfermedad avanza día a día y los femicidios suman en todo el país, y cuando se está por debatir la Ley Micaela en esta provincia.

La intervenciones artísticas tienen aquí un gran desarrollo a través del GIT y de otros grupos como Cuerpos Aliados o proyectos individuales como el que encara Jessica Morillo.

Historia patriarcal

Una dirección distinta tienen otras propuestas que han surgido a nivel internacional que, principalmente apuntan a la marginación de las mujeres.

La Barbie Activista de Arte, que comenzó a difundirse hace un par de meses, no es uno de los modelos a la venta de la muñeca más popular de la historia, sino un proyecto feminista, en redes sociales, con miles de seguidores, que reúne cientos de fotos de la glamorosa muñeca en museos y galerías, con pequeñas pancartas, en las que “cuestiona la historia patriarcal de las instituciones culturales”, informaron a las agencias Télam y EFE la académica británica Sarah Williamson, creadora de este disruptivo proyecto.

“¡Eso no es arte, es porno victoriano!”, “Parece un concurso de camisetas mojadas.. pre-Rafaelistas”, “¡Rehúsate a ser la Musa!” son algunos de los letreros que Barbie ha empuñado, a modo de protesta, en las fotos tomadas en algunos de los museos más destacados de Inglaterra, “palacios patriarcales de la pintura”, según ella misma los llama en su cuenta de Twitter @BarbieReports.

Sarah Williamson admitió que le encanta el trabajo de las Guerrilla Girls (un colectivo de los años 70). “Ambos proyectos llaman la atención sobre los prejuicios y la discriminación masculina en el mundo del arte, y a menudo tratamos de hacerlo de una manera ingeniosa y humorística. La clave es que ambos estamos haciendo un trabajo importante para tratar de hacer del mundo un lugar mejor”, concluyó.