El rock le debe mucho de su identidad a Little Richard, el legendario músico y cantante que falleció ayer a los 87 años, de una causa no conocida según confirmó su hijo. Unánimemente, los críticos lo consideran como uno de los creadores más influyentes en la historia estadounidense, al punto que la revista Rolling Stone lo ubicó en el puesto ocho entre los 100 mejores del siglo pasado. Era admirado por las bandas The Beatles, Rolling Stone y Deep Purple y por Michael Jackson y Madonna.
Su nombre real era Richard Wayne Penniman y había nacido el 5 de diciembre de 1932 en el sur de su país, dentro de un ambiente de segregación racial y social que no le hizo fácil su carrera. En la década de 1950 sorprendió al mezclar blues, country y gospel, pero con un resultado que dio un nuevo sonido: era el rock, del cual fue considerado su arquitecto.
Principalmente era pianista, a partir de las enseñanzas de su madre en un hogar donde apenas se escuchaba jazz y de donde fue expulsado a los 13 años por su inclinación homosexual. En su inicio, lo apadrinaron Ann y Johnny Johnson, que lo tuvieron como estrella en su bar musical hasta que ganó un concurso de RCA y se sumó a otros grupos, antes de formar el propio. En uno de ellos el guitarrista era Jimi Hendrix.
Junto con Chuck Berry y Jerry Lee Lewis formaron una suerte de triunvirato fundacional del rock. Su estilo dinámico y su carisma sobre el escenario fueron determinantes para crear las bases del género, junto con sus vestuarios extravagantes y sus alaridos al cantar. Su propuesta se amplió al soul, al funk y al hip hop, que también le debe mucho de su construcción en términos populares.
Su canción más famosa, “Tutti Frutti”, compuesta en 1955, figura desde hace una década en el Registro Nacional de Grabación de la Biblioteca del Congreso. “Su vocalización única sobre el ritmo irresistible anunció una nueva era en la música”, destaca el Registro. También fue el autor de “Long Tall Sally”, y “Good Golly Miss Molly”, entre muchos otros temas.
En los 60 se hizo religioso y se recibió de ministro pentecostal, e incluso ofició la boda entre Bruce Willis y Demi Moore. Además, comenzó a aparecer en películas hasta la década del 80. Si bien padecía problemas de salud desde hacía décadas, su retiro de los escenarios se concretó en 2013, cuando cumplió 80 años.
“Siempre he pensado que el rock and roll juntó a las razas. Aunque yo era negro, a la gente no le importaba. Eso me hacía sentir bien”, afirmó en una entrevista tras su despedida. Sin embargo, resaltó que muchos de los creadores del género que popularizó Elvis Presley eran negros, aunque reconoció su talento. “Cuando empecé en el show bussines no existía nada parecido al rock. Cuando lancé ‘Tutti Frutti’ es cuando el rock empezó a golpear, Creo que mi legado debe ser exactamente ese”, subrayó,