Esteban Lamontanaro, titular de la Cámara de Comerciantes Minoristas de Yerba Buena, resumió el drama que vive el sector: “la Ciudad Jardín es un municipio netamente comercial y está muy golpeado por esta situación, principalmente por los valores de los alquileres. En los shoppings aún no hay fecha de apertura y los costos fijos siguen corriendo. Ya hay muchos negocios que cerraron y lamentablemente puede haber muchos más”.

Yerba Buena

Ante esta situación, los comerciantes de este municipio consiguieron un horario corrido de 9 a 18 horas, con excepción de centros comerciales, bares y restaurantes, como en el resto de la provincia. “La desesperación ya estaba llevando a pensar en abrir a pesar de la cuarentena, así que estamos muy contentos”, manifestó Lamontonaro.

Famaillá

Los famaillenses, por su parte, trabajarán por la mañana: de 8 a 15. “Creemos que no es muy adecuado hacer un corte porque permitiríamos que las mismas personas puedan circular a la mañana y a la tarde”, consideró el intendente de la localidad, José Orellana.

Lules

Aquí copiarán sin cambios el régimen dispuesto por el Gobierno provincial: los horarios para actividades consideradas no esenciales son de lunes a viernes de 16 a 20 y los sábados de 9 a 13. Las actividades esenciales continuarán de 8 a 15, como hasta ahora.

Además, en Lules autorizaron a los vendedores ambulantes de comidas (masas, bollos, etcétera), que podrán trabajar de 16 a 19 horas. Entretanto, las casas de comida solo funcionarán con delivery y atenderán de 12 a 14 y desde las 21 hasta la medianoche.

Monteros

El presidente de la Unión Comercial e Industrial del municipio, Aldo Mansilla, confirmó que los comercios abrirán de 9 a 13 con atención normal a clientes y de 13 a 16 con delivery. “El protocolo que hicimos establece que los comercios de ropa y calzados deben vender sus productos sin probar la prenda”, aclaró.

Por su parte, el vicepresidente de la Federación Económica de Tucumán, Héctor Viñuales, también conversó con LA GACETA en representación de los comerciantes de Monteros y se refirió a la depresión que atraviesa la economía: “uno puede acostumbrarse a trabajar con inflación o con recesión, y hasta con estanflación, pero no a estar con el negocio cerrado y que sigan entrando los cheques. El comercio está destruido. Puede aguantar 10, 15 días, pero dos meses es imposible. Así que esperamos que esto alivie un poco la situación”.