Francisco Caliva estaba subiendo hacia Cafayate (Salta) para mantener una reunión con funcionarios cuando se enteró que la Policía iba a enviar a su casa a la dirigente indigenista Margarita Mamaní y a desalojar a los comuneros del corte de la ruta 307. A la altura de Ampimpa, el intendente tafinisto (PJ) pegó la vuelta y se unió al grupo de alrededor de 300 seguidores de Mamaní que aquella había convocado por las redes sociales. Al final, la Guardia de Infantería y los funcionarios del Ministerio Público Fiscal se retiraron del lugar llamado puente “Ing. Roberto Robles Mendilaharzu” sin practicar la orden que había emitido el juez Mario Velázquez. Un video captó a Caliva mientras aplaudía el resultado al lado de la dirigente. “Acompañamos a Margarita, aunque sabemos que hay una desobediencia. La gente no quiere que se vaya del corte porque cree que sólo ella puede defenderla”, manifestó el jefe municipal.

Caliva recordó que a comienzos del mes pasado, los adherentes de Mamaní se habían congregado para impedir un avance de la fiscala Mónica García de Targa. “Sabíamos que anteriormente había habido un intento de desalojo y que mucha gente no está de acuerdo. Y el jueves intentamos evitar una tragedia con conocimiento de que uno estaba desobedeciendo. Había muchas personas. Yo llegué a las 11.30 y me quedé hasta las 18.30, cuando la Infantería se retiró. Estuve ahí como representante de Tafí del Valle para hacer posible la orden del juez, pero la gente no desea esto. Quise evitar los actos de violencia y una desgracia: suficiente con lo que estamos viviendo con el coronavirus. La comunidad está plantada ahí y no sólo Margarita”, reflexionó Caliva durante una conversación telefónica.

El intendente reiteró que su gestión acompañaba el corte -aunque está situado en la jurisdicción de la Comuna de El Mollar a cargo de Jorge Cruz- porque la comunidad estaba al lado de Mamaní. “No se impide el paso totalmente. Se han dicho muchas cosas sobre la abertura de casas (de veraneantes), pero a nosotros no nos consta que sea cierto”, acotó.

Caliva admitió que no se respetó el procedimiento judicial, pero que, en esas circunstancias tan tensas, había que privilegiar la vida y la salud física. Al respecto, enfatizó: “no estamos para ocupar los hospitales con las víctimas del enfrentamiento entre policías y la comunidad indígena. Después se verá quién desobedeció”.