El tipo de circuito que construyó Sebastián Gómez Lassalle se denomina pumptrack. “Básicamente, es una pista que te permite desarrollar una técnica denominada ‘pumping’, que permite desplazarse en la bicicleta sin pedalear”, explicó Alejandro Palma, coach de la Unión Ciclista Internacional.
¿Y en qué consiste esa técnica? “La traducción de ‘pumping’ es bombear”, estableció Palma, que es más didáctico con su ejemplo. “Hay que imaginar que se infla una rueda con el inflador de pie. Los brazos hacen un movimiento empujando hacia abajo. La maniobra consiste en hacerla, coordinando el movimiento con los brazos y piernas, en función del terreno por el cual va circulando la bicicleta”, describió el instructor de “Blue Mountain”, el bike park de avenida Perón 1.050.
“En pocas palabras, la diferencia es que en el bike park tenemos más de un pump track. La finalidad de practicar en un circuito de esas características puede ser trazar diferentes radios de giros con la técnica del ‘pumping’. O también desarrollar en diferentes rectas una velocidad máxima”, indicó.
Con un tiempo de desarrollo de unos 30 años, Palma está en condiciones de reconocer que el ciclismo de montaña cambió a partir de la aparición de los circuitos reducidos. “Por supuesto han marcado un antes y un después”, fue taxativo. “Por dos razones: la primera es que en el mountain bike, cuando todas las piernas son iguales, lo que define las carreras es la técnica y la segunda razón es que, en los últimos años, se transformó en un evento masivo, televisado, por lo que las marcas quieren ser protagonistas de los eventos. Tanto por la escalada de las demandas técnicas del deporte y lo atractivo de ser televisado, es que terminaron introduciendo pump track en las competencias de mountain bike”, opinó.