El mundo ya parece estar dividido temporalmente en “antes del covid-19” y “después del covid-19”. Una vez asimilado ese parámetro, podemos decir que el último gol de Atlético antes del covid-19 lo hizo Javier Toledo. Nuestro país ya ha lamentado más de 100 muertos y tiene miles de infectados, pero en comparación con el resto del planeta mantiene controlada la situación, al menos por ahora. Aún así, nadie sabe cuándo se volverá a jugar al fútbol y hasta que eso pase, Toledo es el dueño de la última alegría del pueblo “decano” en aquel partido contra River, por la última fecha de la Superliga. De la última alegría y de varias anteriores también, ya que fue el máximo artillero del equipo en 2019. Ahora bien, Toledo hace feliz a la hinchada “decana”, pero, ¿quién hace feliz a Toledo entonces? Su mamá.
La respuesta parece un poco obvia, pero en estos días que corren parece ser más que nunca la acertada. Obviamente se queda corta pues su esposa, su hija y su hijo, con los que convive, también lo hacen feliz. Pero el último fin de semana fue dedicado a María Rosa Peralta, su madre. Ella cumplió años y él se encargó de homenajearla como corresponde pero sobre todo, como permite la cuarentena en esta época.
El delantero subió a Instagram una foto de él y de ella. “¡Feliz cumpleaños, mami! Te amo”. En la foto se veía una enorme torta decorada con una rosa. Hubo regalos pero quizás el más importante de ellos sea el hecho de que pueden estar juntos, o al menos más cerca. Abril, en condiciones normales, es un mes que tiene a los jugadores en plena competencia y, generalmente, Javier no puede asistir al festejo. Luego de la suspensión del fútbol, el delantero retornó a su natal Marcos Juárez, en Córdoba. Allí donde también vive mamá, aunque en casas separadas.
17 goles anotó Toledo desde que llegó a Atlético. Su víctima favorita es River, al que ya le hizo cuatro con la camiseta “decana”.
“Feliz cumpleaños, mami. Hoy nos toca estar a la distancia de nuevo, pero te deseo que pases un muy feliz cumple y lo disfrutes mucho. Te amo y doy gracias a Dios de tenerte como mamá”, le había escrito el delantero en abril de 2019. Una distancia que ahora se recortó.
Sin poder verse demasiado por la cuarentena en los días previos, María Rosa igualmente había estado pendiente de su hijo y nuevamente Instagram fue testigo. Julia Biondini, esposa de Toledo, posteó la semana pasada una foto de un guiso que preparó su mamá política. “¡Una delicia el guisito de la suegra!” , reconoció Julia; con Javier, habían recibido una vianda.
No era el primer guiso que preparaba ella. Toledo es uno de ocho hermanos que tuvieron Arturo (trabajador de campo) y Rosa (ama de casa) en Marcos Juárez. Entre ambos alimentaron a una numerosa familia, trabajando día a día.
Difícilmente Toledo no aproveche este momento para estar cerca de ella (lo más que se pueda) sabiendo que a los 13 años abandonó esa casa para probar suerte en Buenos Aires con el fútbol, precisamente en Chacarita. Esa misma casa que Arturo y Rosa mantenían desde hace tiempo ya.
Una vida estando lejos de sus padres. A veces a poco más de 1.000 kilómetros como en ese entonces o a veces muchos más, como cuando el delantero jugó en Chile, Uruguay o hasta México. Todo hasta llegar a Tucumán para seguir lejos, pero con la felicidad de sus goles. María Rosa también tiene Instagram y sus únicas tres fotos son festejos de goles de Toledo en Atlético.
Una devoción mutua que llega a su pico en momentos como un cumpleaños. Esta vez, al menos estuvieron más cerca.
El último grito de Toledo