A pesar de las restricciones, los tucumanos siguen acudiendo al centro de la ciudad para pagar servicios e impuestos, e inclusive para realizar compras. Además, estas imágenes reflejan otras situaciones cotidianas en una ciudad que se transformó.

LA CALLE SE CONVIRTIÓ EN SALA DE ESPERA. Ayer, por orden de la Justicia, se comenzó a ordenar las largas colas que se formaban en los centros de pagos. Por ese motivo se colocaron sillas en las calles del microcentro. la gaceta / fotos de analia jaramillo - juan pablo sánchez noli - diego aráoz
LA CIUDAD QUE NOS MIRA. Un hombre camina por Crisóstomo al 700; de fondo aparecen los inquietantes grafitis de un negocio cerrado.
PROHIBIDO SENTARSE. Así luce el interior de un colectivo en el que muy pocos pasajeros viajan.
CASERO. Un hombre luce un barbijo de dudosa efectividad.
SEMANA SANTA DIFERENTE. Una religiosa recorre el centro usando un barbijo.
PROTEGIDO. Una mujer sube a un colectivo tucumano; el chofer la observa desde atrás del plástico que lo aísla de los pasajeros.
CONTROLES. Un grupo de policías patrulla el microcentro; de fondo, la gente hace cola para pagar cuentas.