Dos meses antes de la identificación del coronavirus covid-19, una investigación elaborada con estándares técnicos altísimos llamó la atención sobre el hecho de que ningún país estaba “completamente” listo para enfrentar una amenaza para la salud colectiva. El Índice de Seguridad Sanitaria Global dividió el mapamundi en tres sectores: naciones menos preparadas, más preparadas y mejor preparadas (ver gráfico). La Argentina quedó ubicada en el segundo conjunto: obtuvo 58.6 puntos sobre 100 posibles, calificación que le deparó el puesto 25 en el ranking de 195 países evaluados. El puntaje promedio general ascendió a 40.2 unidades y trepó a 51.9 en el subgrupo de las naciones con productos brutos más elevados.
El informe confeccionado por la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) y la Iniciativa contra la Amenaza Nuclear es un valiosísimo registro de las “defensas” que existían en el planeta antes de la irrupción del nuevo coronavirus (el documento completo en inglés está disponible en ghsindex.org). El Índice presentado en octubre concluyó que existían numerosas debilidades y que el mundo había aprendido poco de epidemias graves como la del ébola. “Cada país exhibe falencias que debe atender lo antes posible”, observaron los analistas. En el caso de la Argentina, el mayor déficit aparecía en el frente de la prevención (41.4 puntos) mientras que su mayor fortaleza era la detección (74.9), capítulo que incluía la capacidad para la identificación temprana del patógeno y para reportar la existencia de una epidemia a la comunidad internacional.
Estados Unidos lideró la tabla con 83.5 puntos. Le siguieron el Reino Unido, Países Bajos, Australia, Canadá, Tailandia, Suecia, Dinamarca, Corea del Sur, Finlandia, Francia, Eslovenia, Suiza, Alemania, España, Noruega, Latvia, Malasia, Bélgica, Portugal, Japón, Brasil, Irlanda, Singapur y la Argentina. China, país de origen del nuevo coronavirus, se situó en el peldaño 51 (48.2 puntos): llamativamente había obtenido cero en la integración de datos entre humanos, salud animal y situación ambiental. Italia, una de las naciones más golpeadas por la covid-19, ocupó el casillero 31 (56.2 puntos): el equipo de evaluadores externos había considerado que su mayor debilidad radicaba en el sistema de salud.
“Las amenazas biológicas -naturales, intencionales o accidentales- de cualquier nación puede generar riesgos para la salud, la seguridad y la economía globales”, consignó el informe. Y sugirió: “debido a que las enfermedades infecciosas no tienen límites geográficos, todos los países deben priorizar, y ejercitar las capacidades requeridas para prevenir, detectar y responder con rapidez a las emergencias sanitarias”.