"La Florida se clasificó y San Martín descendió a la Liga". (Tapa de LA GACETA, martes 1 de abril de 2003). Hoy se cumplen 17 años de aquel histórico día para el fútbol tucumano.
El título reflejaba el contraste: por un lado, las lágrimas de felicidad del pueblo "tricolor"; por el otro, la tarde más triste de la vida en La Ciudadela. Ocurrió una tarde fría, triste y gris. La final del Argentino "B" se había postergado 24 horas por falta de escenario y finalmente se trasladó a Bolívar y Pellegrini. Allí fue local La Florida, a cambio de toda la recaudación (más de $ 100.000).
El lunes 31 de marzo, hubo un jugador muy especial, que se cambió de camiseta: Leonardo Ruiz Turitich. El ejecutó el último penal de la dramática serie que elevó a un equipo y condenó al otro. El arquero Carlos Jaime había fortalecido su espíritu al contener el tiro de Omar Orellano y terminó de convertirse en el verdugo que enlutó a las tribunas locales al atajárselo al punta.
En una nota publicada por este diario en 2006, cuando ambos clubes volvieron a verse las caras, se recuerda que el dolor invadió a la multitud que había copado el estadio (unas 18.000 personas). "Los carnés se rompían y el silencio se prolongó, pero duró menos de lo pensado", remarcaba la nota haciendo referencia a la levantada que que tuvo el "Santo" con la Genciadora del NOA y Carlos Roldán a la cabeza.
Hoy, la realidad sanmartiniana es otra. El equipo se encuentra en un gran momento, puntero de la Primera Nacional y cada vez más cerca de volver a la máxima categoría.