En Tucumán nacen todos los días iniciativas de voluntarios para hacer frente, entre todos, a los efectos que genera en la comunidad el Covid-19. Las primeras, espontáneas y serviciales, fueron de jóvenes que se ofrecieron a hacerse cargo de cubrir necesidades (compras de alimentos y medicinas, trámites) de las personas mayores, que corren mayor riesgo. También se ofrecieron desde las redes maestros para ayudar con los deberes de los chicos; “profes” de gimnasia para colaborar a que nos mantengamos activos; médicos, licenciadas en obstetricia, psicólogos, odontólogos y otros profesionales de la salud para evacuar dudas por teléfono y ayudar así a no hacer colapsar los hospitales...

Después se conoció que el Conicet local y la UNT están trabajando coordinadamente con el Gobierno de la Provincia. “Muchos investigadores y becarios se ofrecieron voluntariamente a colaborar”, dijo quien está a cargo del equipo, Augusto Bellomio (bioquímico doctorado en Ciencias Biológicas) a LA GACETA. Están en marcha iniciativas de la Facultad de Arquitectura de la UNT, de la Universidad San Pablo-T, de la Sociedad Rural y de muchos voluntarios para producir barbijos, y también publicamos que un grupo de tucumanos logró un prototipo de respirador que espera ser validado...

Cuidar lo que hay

“Mucho se está intentando producir, y está muy bueno; pero nosotros hemos pensado en otra arista de la situación para la que hay que estar preparados -resalta Miguel Cabrera, ingeniero en Electrónica y decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNT-, lo que llamamos ‘mantenimiento correctivo’. Estamos muy acostumbrados a descartar lo que no funciona, y en estos tiempos vamos a necesitar todo lo que tengamos; vamos a necesitar que funcione, y que lo haga bien”.

Desde la propia historia

Cuenta que siempre fue un “reparador”: “me encanta lograr que las cosas vuelvan a funcionar”, dice y se permite divertirse por un rato (algo que también tenemos que hacer todos para llevar adelante nuestro aislamiento). Como le encanta arreglar lo que no anda, se le ocurrió lanzar esta convocatoria: “Las autoridades de la FACET convocan a todos aquellos que tengan probada experiencia en mantenimiento de equipamiento electromecánico, eléctrico y electrónico, para conformar un banco de voluntarios que pueda asistir, en caso de ser necesario, a los sistemas de salud, en mantenimiento correctivo de equipamiento hospitalario en general”.

Coordinación

Una de las primeras medidas que tomó fue coordinar con el ingeniero Luis Rocha, también docente de la casa, pero por sobre todo, el director de Tecnología Médica del Siprosa.

“Es que al ser insumos para la salud hay que garantizar no sólo si buen funcionamiento sino también su inocuidad”, resalta Cabrera. Y recalca por otro lado que no sólo se necesitan voluntarios expertos sino también personas -que no estén dentro de los grupos de riesgo- que puedan hacer traslados de objetos, de insumos y hasta de equipos. “En la sociedad todos somos útiles; y la idea es poder darla al sistema de salud una lista actualizada de quienes saben, pueden y quieren ayudar a mantener en buen estado de funcionamiento el equipamiento necesario parra enfrentar la pandemia”, resalta.

Interesados

“Apenas habían pasado unas horas de que anuncié la idea ya había 10 inscriptos”, cuenta muy contento, y convencido de que la suma de voluntades puede lograr grandes soluciones. “La idea es que el sistema pueda convocarnos sólo si y cuando nos necesite, pero estar listos. Se trata de ayudar sin molestar”, agrega.

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