La Educación Física debe ser la asignatura en la escuela con menos horas. Mantener una rutina básica de ejercicios tuvo relevancia antes, adquiere más trascendencia ahora y, en un futuro, podría volverse una garantía de recuperación.

En ese sentido, las proyecciones no son las mejores. En septiembre de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó los resultados del primer estudio a escala global acerca de la práctica de la actividad física en el mundo. Un porcentaje de 1.400 millones personas tiene su salud en peligro por no hacer ejercicio. La OMS también anticipaba que lo que se venía, no era positivo porque entre 2001 y 2016 el porcentaje había disminuido muy poco. Pero nadie tenía en los planes una pandemia. Luego de su paso, será el momento para ver si dejó algún efecto positivo como una concientización que dé vuelta la proyección de la OMS.

“Por esta situación, en las escuelas se deberían reforzar un poco más las actividades o estímulos para que los niños y adolescentes refuercen la actividad física”, opinó Augusto Arnedo. El profesor de Educación Física que dicta clases en la Escuela Social de Cultura Católica Nuestra Señora del Valle, en Banda del Río Salí, y en el Colegio Sagrado Corazón, coincide con su colega Mario Alanis. “En la escolaridad es una asignatura que cumple un rol importante porque mejora la salud y previene enfermedades. Debería, de acuerdo a los tiempos que vivimos, agregarse más horas a la currícula”, afirmó el profesor que se desempeña en el Colegio San Matías.

En el origen, en el nacimiento, en el momento de elección, ahí se sitúan los profesores de Educación Física en la vida de cualquier ser humano. Niños y niñas pueden planear ser deportistas profesionales, como otros desearán ser abogado, médico, arquitecto, psicólogo, diseñador. Pero esta pandemia pone de manifiesto que quizás el hacer actividad física debería acompañar siempre a la meta de ser abogado, médico, etcétera.

El coronavirus replanteará muchas cuestiones sociales. Formar una cultura desde la vida temprana del ser humano en la que la actividad física sea tan importante como la matemática, es un buen cuestionamiento. Arnedo tiene convicción de que así debería empezar a ser. “Creo firmemente que las personas deportistas cuentan con más defensas para combatir cualquier enfermedad infecciosa como el coronavirus. En caso de adquirirla, tener síntomas más leves”, apuntó.

Para Alanis el aporte en el aislamiento social preventivo obligatorio es altamente positivo, por eso se esmera en confeccionar las tareas que los chicos realizan en casa. “La Educación Física es importante en esta situación. Limitada a la periferia del hogar, puede que nos ayude a que los chicos se incentiven más para que las realicen porque necesitarán mantenerse activos y ocupar el tiempo en algo que mejora nuestra salud”, indicó el también entrenador personal. ¿Por qué no pensar entonces que el replanteo de la educación básica deportiva en la escuela podría ser uno de los efectos colaterales positivos de la pandemia?