Un triatlón para la humanidad, así puede describirse la pandemia de coronavirus que golpea al mundo. Esa es la sensación que deja Alejandro Bulacio Sfriso cuando cuenta cómo vive el aislamiento social preventivo obligatorio. “Nos puede servir”, sostiene en su análisis. Con los hechos que se sucedieron por el Covid-19, lo que dice el triatleta causa sorpresa. La crisis sanitaria ya dejó más de 120.000 muertos en todo el mundo. Hace menos de dos días, en 24 horas, murieron casi 800 personas en Italia. En Argentina, primero voluntariamente, cada ciudadano podía elegir recluirse. La esperanza del éxito en la medida tomada se hizo añicos pocos días después por la falta de compromiso de la ciudadanía. No comprender que el virus tiene consecuencias mortales y que por ello, basados en certezas científicas, había que quedarse en casa fue el motivo para estamparle el sello de “obligatorio” al aislamiento. Nada de lo que viene ocurriendo contribuye a pensar que la teoría de Bulacio Sfriso sea plasmada en la realidad. 

“Puede fortalecernos y, sobre todo, puede ser útil para tomar conciencia de que no somos irrompibles”, amplía su posición. “Es difícil sobrellevar la situación, pero no imposible”, expuso con optimismo el triatleta. Que Bulacio Sfriso se entienda vulnerable tiene mucho que ver con su deporte: si no es consciente de sus debilidades, no llegaría nunca a la meta. Por eso está acostumbrado a llegar primero. Fue campeón mundial del circuito X-Terra, exigente como el Ironman. Sí, él que dice que no somos “irrompibles” coquetea con esa búsqueda de ser un “hombre de hierro”.

Quizás es difícil entender la elección deportiva, más cuando se atestigua la llegada de los atletas en cualquier carrera. Todos lloran, y no de tristeza, después de cruzar la meta. El sentimiento es el mismo del primero al último. Puede que los abrazos que le dan al ganador tengan la misma intensidad que los que recibe el penúltimo, porque lo importante fue llegar. Y haber sobrevivido a una exigencia que se convierte en placer por unos segundos. Es que inmediatamente detenido el cronómetro, lo que diga será luego hiperanalizado para que el próximo triatlón se complete en menos tiempo.

COMPAÑÍA. Agostina Décima es con quien el deportista pasa el aislamiento.

Por más campeón mundial que sea, Bulacio Sfriso sabe que, camino a un éxito, pueden suceder cosas negativas. Seguramente en alguna de las competencias X-Terra o Ironman que corrió, hubo crisis durante el recorrido que completó nadando, pedaleando y corriendo, las tres prácticas del triatlón. Crisis incomparable con la que genera el Covid-19 por supuesto, pero que él supo resolver. “Lo de irrompibles es porque creemos que nunca nos va a pasar, que somos inmunes a todo y que siempre les pasa a los ‘otros’ pero este virus nos demuestra que no es así”, sostuvo el triatlonista. Nos afecta a todos, obviamente a él también. “Trato de no entrar en esa psicosis. En la televisión hay muchísima información sobre la enfermedad, en todos los canales. Trato de ver más que nada películas y deportes viejos. A estas primeras horas las estoy viviendo bastante tranquilo y calmado. Es lo que nos toca, así que hay que tener paciencia”, reconoció, pese a que tenía varios triatlones por correr. “Había varias carreras: la final del Argentino, un X-Terra, una carrera de ‘bici’, pero bueno… Ahora a vivir el día a día”, dijo expectante por esta especie de triatlón para la humanidad que recién empezó.