La confianza está firme en el corazón de María Ovejero. “Cuesta mucho cambiar de golpe toda nuestra rutina, pero lo hacemos con toda la esperanza de que muy pronto pase este mal”, anheló la atleta especialista en los 10.000 metros. La familia de Ovejero trata de seguir con normalidad la vida ante la anormal realidad que se vive con la pandemia de coronavirus.

En las primeras horas del aislamiento social obligatorio, María hizo algo habitual, pero con una sensación distinta. “Siempre hago pan integral, con semillas de lino, chia, sésamo y girasol. Es lo que como en la merienda y el desayuno, con miel de abeja”, explicó cuando LG Deportiva “se metió” vía telefónica en la casa donde pasa el aislamiento. “Duele que muchos no toman en serio este grave problema”, advirtió entre el enojo y la tristeza.

La familia, que se completa con su esposo José Luis y su hijo Joaquín José, tiene en la corredora una fuerte dosis de dulzura que les permite pasar con más alegría la crisis sanitaria mundial. “También hago mis pastafloras con harina integral, azúcar mascabo, miel y aceite de coco y el membrillo, obvio. Bizcochuelos con harina de algarrobo, me salen bien”, da su lista Ovejero, que también comparte la receta del pan que, tal como lo prometió, demoraría una hora y media en estar listo. “Harina integral medio kilo, 20 gramos de levadura, dos cucharadas de aceite de oliva, muy poca sal, 600 centímetros cúbicos de agua y mix de semillas tostadas”, aportó Ovejero.

TAREAS EN EL HOGAR. María elabora su propio pan y atiende a los miembros de su familia, entre quienes están, por supuesto, sus mascotas.

Acostumbrada a entrenar al aire libre, ahora permanece bajo techo, Pero eso no la altera. Pese a ser muchas las actividades, María las hace feliz y con gusto, para los seis seres vivos del hogar. “Tengo una caniche, Jazmín; un boxer, Simón y un loro, Peter. Hay que atenderlos”, sumó integrantes a la familia. La variedad de especies es igual a la diversidad de gustos de las mascotas. “Jazmín come pollo a la plancha o hervido, y muy poco alimento comprado. Simón es muy cariñoso, come alimento y al mediodía espera comida cocinada, sino no sale. Y Peter me llama cuando tiene hambre. Me dice: ‘mamá, la papa’. Mil veces me llama hasta que le doy lo que pide”, detalló Ovejero. Para que no queden dudas de lo exigente que es Peter, la atleta mandó un audio. “Lo cuidamos como a un hijo más”, agregó. Y así transcurre el aislamiento la ganadora del premio LA GACETA 2019 en su disciplina. Al iba lo iba a terminar entrenando. “Una hora en el elíptico, 400 abdominales y trabajo con la banda elástica una hora más”, enumeró Ovejero.