Lo que transita Mariano Calabró durante el aislamiento social obligatorio es bastante singular. Lo siente positivo y negativo. “Estoy un poco bajoneado por no poder hacer mi vida normal”, lamentó el pesista.

Y agrega: “pero aprovecho para descansar también del deporte que, a veces, es tedioso. Tengo que trabajar la cabeza para volver con muchas ganas”, reconoció. Calabró está acostumbrado a palabras como explotar. En el movimiento del levantamiento de pesas es la comparación que se hace cuando los brazos se elevan. Ahí es que debe explotar, hacer todo la fuerza para que la pesa, con los cientos de kilos que levanta, llegue hasta el techo de los gimnasio donde entrena y compite.

En el contexto de pandemia que se vive, el “explotar” toma un nuevo significado en su vida. Metafóricamente, no quiere explotar, no quiere perder la calma por el encierro. Menos por no poder entrenar como es habitual. “Estoy poniéndome al día con el rotatorio de ginecología de la ‘facu’, leyendo y haciendo trabajo a distancia con el psicólogo deportivo”, detalló las actividades con las que ocupa las horas.

También combina la lectura con alguna película. “Gandal es buena”, recomendó Calabró. “Es una película relacionada con el deporte. Una linda historia sobre lo importante que son los orígenes en el deportista”, sintetizó sobre el film.

¿Y para leer? “Leo cosas relacionadas con otros temas como filosofía o ciencias. Ahora estoy leyendo ‘Pensar con otros’”, dijo, sugiriendo la obra.