Una vieja historia de amor, una llamada inesperada y un encuentro a escondidas provocó que, en tiempos de coronarivus, dos pueblos se mantengan aislados: Selva, en Santiago del Estero, y Ceres, en Santa Fe. Todo salió a la luz después de que el gobernador santiagueño, Gerardo Zamora, los mencionara en las redes sociales: "todo por causa de dos personas que, en la ciudad de Córdoba violaron el auto aislamiento obligatorio".
Los rumores y especulaciones inundaron los grupos de Whatsapp de los dos pueblos, separados por apenas 17 kilómetros. Dicen que los protagonistas de esta historia pasaron años sin verse y que ella, después de un viaje por Europa, lo llamó por teléfono.
Como no podía verlos nadie, pactaron encontrarse en la ciudad de Córdoba, a 400 kilómetros. Nadie los podía ver ni saber que se habían visto. Los testigos podrían poner en riesgo el matrimonio de ella.
Sin embargo, al regreso de la capital cordobesa, él mantuvo una reunión con amigos, a los que les contó con detalles lo ocurrido con aquel viejo amor.
Según publicó Lanacion.com.ar, algunos decidieron irse y hubo uno al que debieron contener para que no lo ataque físicamente. El detalle: su amante le habría confesado que, al volver de España, tenía síntomas de coronavirus, que ambos ignoraron durante las horas que pasaron en Córdoba.
Fue ese el punto en el que esa historia de amor abandonó la clandestinidad y llegó a boca de todos. Cuando intervino el gobierno, decidió aislar a los dos pueblos y someter a un seguimiento médico a todas las personas que habían compartido tiempo con los amantes.
Las calles de Selva y Ceres están desiertas. Temen que al menos unas 50 personas se contagiaron de coronavirus. El punto de partida: esa llamada inesperada.