NOVELA

LOS AMORES DE UNA VIDA

MONIQUE SCHWITTER

(Edhasa - Buenos Aires)

Nacida en Zurich en 1972, el alma creativa de Monique Schwitter la llevó primero al teatro -actriz, directora, autora- y luego a las letras. Tras la narración breve, aborda ahora la novela, enfrentando con gracia y creatividad las exigencias del género, al punto de merecer el Premio Nacional de narrativa en Suiza y ser finalista en Alemania con Los amores de una vida, traducida al español por Ariel Magnus y presentada en la pasada Feria del Libro de Buenos Aires.

Dotada de espléndida frescura, Schwitter construye un bildungsroman femenino desde las relaciones sentimentales de la protagonista -no necesariamente la autora- con once hombres, uno de ellos su marido, padre de sus dos niños. El relato en primera persona unifica y da color a variadas experiencias y el personaje se construye como una joven muy dueña de sí, capaz de salir airosa sin ser herida ni de herir a nadie. De paso, dedica interesantes párrafos al amor, a la amistad y a la vida misma. El título original del libro, Eins im Andern (Uno en el otro) alude tal vez a la esencia de toda relación humana: el “otro” nos complementa. En inglés es One Another, y el título de la edición holandesa nos hace notar que los nombres corresponden a los apóstoles de Jesús (once, Judas no): Andreas es hermano de Petrus, hay dos Jackobs -Santiago el Mayor y el Menor-, y hay perlitas, como la de hacer que Thomas diga “Solo creo lo que veo”.

Hay alusiones deliciosamente cercanas a la cultura popular, como la de las botas ajustadas, no impermeables, que la nieve destroza cuando empieza su relación con quien sería su marido, Phillipp -Felipe, el apóstol casi ausente. Hay otras botas al final de la novela, y la narradora dice, en inglés, These boots are made for walking (Estas botas están hechas para andar) aludiendo a la canción que grabara Nancy Sinatra el siglo pasado y que concluye con la decisión de la intérprete de seguir caminando… “uno de estos días estas botas te caminarán por encima”. Feminismo, pero con humor.

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