Junto a 40 líderes mundiales, el presidente Alberto Fernández, participó de una larga ceremonia para conmemorar el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz que tuvo lugar en el memorial de Yad Vashem (un museo con gran valor simbólico construido en memoria de las 6 millones de víctimas del Holocausto), que se encuentra en la capital israelí, Jerusalén.
El tema más discutido en la ceremonia fue la necesidad de alertar sobre el auge mundial del antisemitismo y la necesidad de combatirlo.
El presidente acudió acompañado por la primera dama Fabiola Yañez y el canciller Felipe Solá y, si bien se frustró su reunión bilateral con el presidente de Rusia Vladimir Putin prevista para el momento previo al evento porque se atrasó su llegada, pudo mantener una breve conversación con su par francés, Emmanuel Macron.
Desde temprano, la ciudad apareció con micros, camionetas de la Policía y filas de vallas; bloqueando algunos de los principales accesos a Yad Vashem y en la zona donde se hospedan los jefes de gobierno y Estado invitados, cerca de la Ciudad Vieja. En estas horas previas al inicio del foro, se produjo una polémica sobre la poca participación de sobrevivientes en el recinto.
Dando comienzo a la ceremonia, el encargado de abrir el foro fue el anfitrión de la jornada, el presidente israelí Reuben Rivlin, quien destacó que su país “es una democracia fuerte y un Estado que requiere socios en la lucha contra el racismo y el nuevo antisemitismo que surge hoy en forma preocupante”. Luego, durante la conmemoración, las sobrevivientes del Holocausto Rose Moskowitz y Colette Avital encendieron una antorcha, mientras que al concluir el homenaje, los líderes participaron de las oraciones religiosas.
El foro comenzó a las ocho y media (hora de Argentina), y contó con discursos de mandatarios y sobrevivientes, videos y actos musicales, además de ofrendas florales de cada uno de los líderes internacionales invitados en el memorial en la plaza Ghetto de Varsovia, entre ellos Fernández. El cantante Shai Abramson recitó la oración conmemorativa de El Malé Rajamím, seguido por el sobreviviente del Holocausto Naftali Deutsch, quien dijo el Kadish, la oración del duelo. En este contexto, se levantó un grito para que la expresión “nunca más” no sea solo un eslogan sino “una orden para actuar” en contra del nuevo antisemitismo que amenaza a los países en el mundo.
La ceremonia concluyó con el himno nacional de Israel, Ha-tikvá y al finalizar el foro, Alberto Fernández volvió a su hotel y recibió a una organización de familiares de víctimas judías de la última dictadura argentina, Memoria, con el propósito de seguir reclamando justicia y respaldar las políticas de derechos humanos del gobierno argentino.
“Pedimos un encuentro con el Presidente porque queremos, por una parte, seguir reclamando por justicia; y, por otro, apoyar las declaraciones y expresiones de intención sobre derechos humanos y la justicia que hizo Alberto Fernández”, explicó a Télam Shlomo Slutzky, periodista argentino y familiar de Samuel Leonardo Slutzky, desparecido en 1977 y visto por última vez en el centro clandestino de detención La Cacha de La Plata.
En el encuentro, los familiares de víctimas también le contaron al presidente su inquietud sobre dos temas: la apelación a la Suprema Corte de Justicia para que Israel abra sus archivos sobre la última dictadura militar argentina; y la situación de Aníbal Teodoro Gauto, acusado de delitos de lesa humanidad y residente en Israel.
Mientras el presidente participe del foro, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, visitará a la Autoridad de Innovación Tecnológica de Israel en Jerusalén para abrir un diálogo sobre su desarrollo de inteligencia artificial y sus potencialidades. (Télam)