A lo largo de su recorrido, la ruta provincial 315, mas conocida como Camino del Perú, presenta diversos panoramas. Pero todos tienen un punto en común: el peligro. Desde la intersección con Aconquija-Mate de Luna, el pavimento fue recientemente parchado. Pero a partir de la rotonda de la avenida Belgrano hacia el norte, los problemas se agravan: empiezan los baches eternos, se hace más angosta a la altura de la Sociedad Rural y el tránsito se vuelve muy complicado. 

En Villa Carmela, todo lo que ocurre en San José se potencia. La presión urbana genera muchos inconvenientes, porque incrementa el tránsito vehicular y provoca situaciones riesgosas: sus banquinas se transforman en veredas, las motos la invaden, los peatones la cruzan permanentemente y los carros la recorren impunemente.

A LA ALTURA DE SAN JOSÉ. El carro en el que viaja una familia circula por la ruta a muy baja velocidad y los autos se amontonan detrás.
PELIGRO EN VILLA CARMELA. Una mujer cruza la ruta; además, las banquinas se convirtieron en veredas.
EN LA CURVA DE LOS VEGA. Un camión acaba de morder la banquina y levanta polvareda. Como se aprecia en la imagen, el tránsito es muy intenso.
INFALTABLES. Los motociclistas infractores son una constante.
SEMÁFORO APAGADO. En la esquina de Camino del Perú con Italia-Frías Silva, el complejo de semáforos dejó de funcionar hace años.
CONOS NARANJA. En San José suele haber varitas durante el día.