Ayer en la madrugada, un adolescente, de 14 años, recibió un disparo en su muñeca mientras disfrutaba de una fiesta en el barrio paradójicamente llamado Bienestar, en la zona de San Cayetano, en la capital. El chico fue trasladado en moto al hospital del Niño Jesús y está fuera de peligro.
Según relató el menor ante la Policía, la celebración se arruinó luego de las 5, cuando dos sujetos desenfundaron armas de fuego y comenzaron a efectuar disparos. En ese momento, el muchacho resultó herido. La seccional Cuarta y la Fiscalía de Feria tomaron intervención en el caso.
“Es la primera vez que pasa. Quienes viven ahí no son personas que causen problemas. De vez en cuando, los chicos hacen fiestas privadas y parece que esta vez se salió de control”, contó Cristina Quiroga, vecina del barrio.
“Le presté la casa a mi ahijado para que organizara el evento. Iba a ser una fiesta de fin de año entre los vecinos de su edad, pero, debido a las tormentas de los últimos días, se postergó y fue creciendo en popularidad. Ayer, había chicos de distintos barrios que no se conocían entre ellos”, explicó Carlos Zerda, quien se presentó como el encargado de la vivienda. “El chico esperaba a 30 personas y llegaron más de 100”, justificó.
El hombre detalló que cuando su sobrino había visto que la cantidad de gente excedía la capacidad de la residencia, había decidido cerrar las puertas y continuar con la fiesta en la vereda.
Zerda dijo que los vecinos le habían relatado que una gran cantidad de motos habían sido estacionadas en su vereda. “Cuando llegué a las 5, tenía a la Policía adentro de mi casa. Un vecino me había llamado a las 3 para avisarme que dos grupos de chicos habían iniciado una pelea y que se tiraban con piedras y con botellas de vidrio. También me contó que uno de los grupos se había ido luego”, reconoció Zerda. Según el encargado, no pudo regresar a su hogar en el momento de los primeros incidentes porque estaba trabajando como repartidor.
“Volví pensando que ya había pasado todo. Me dijeron que uno de los grupos del enfrentamiento, se había retirado. Sin embargo, los integrantes de esta banda regresaron en motos y realizaron los disparos”, enfatizó.
El camionero lamentó la situación y explicó que desde la comisaría le prohibieron que realicen nuevos festejos. “Desafortunadamente, cuando algunos mezclan alcohol y droga, terminan pasando cosas como éstas”, suspiró.
La casa
“Fue una vergüenza”, criticó otro vecino, que prefirió preservar su identidad por cuestiones de seguridad. “Empezó siendo una pelea entre dos jóvenes. Primero, a golpes de puño. Después quisieron cortarse con botellas rotas. Luego siguieron los disturbios a la vuelta”, reconstruyó.
“Desde hace tiempo, en esa casa también le venden alcohol a menores de edad”, agregó con indignación. A su vez, se quejó de que en cada oportunidad que se llama a la Policía, los agentes no aparecen para suspender estos eventos. “Aquí nunca vienen, ellos no circulan los barrios”, finalizó.
Según los testimonios de los vecinos, desde hace tiempo la casa es usada para que los jóvenes realicen fiestas clandestinas.