Alberto Lebbos, padre de la víctima Paulina Lebbos, se retiró victorioso de la audiencia de orden celebrada ayer por la Sala I de la Cámara Penal de la capital. No sólo consiguió que el tribunal pusiera fecha al juzgamiento del ex fiscal Carlos Albaca, como se informa por separado, sino que también obtuvo la exclusión de la camarista Alicia Freidenberg y su reemplazo por Stella Maris Arce. Curiosamente, el querellante y su abogado, Emilio Mrad, lograron el apartamiento a partir de los propios comentarios de la jueza recusada. Con la disidencia de Arce, los vocales Pedro Roldán Vázquez (presidente) y Diego Lammoglia consideraron que Freidenberg había dado fundamento al temor de parcialidad esgrimido tras afirmar hace una semana que Lebbos había entorpecido el proceso.
Roldán Vázquez y Lammoglia dijeron que había bases objetivas para entender que la participación de la camarista podría afectar el desenvolvimiento normal de la causa. Luego, el presidente precisó que Freidenberg había cuestionado la conducta de la querella en forma unilateral cuando se trataba de una cuestión que correspondía al tribunal completo. Arce disintió: dijo que no había motivos para apartar a su colega, más allá de algunas expresiones que tal vez no habían sido oportunas.
La Sala I había sostenido a Freidenberg en al menos dos oportunidades previas. Lebbos la había recusado por ejecutar sin darle intervención el cese de la prisión preventiva de Eduardo Di Lella, imputado condenado por el encubrimiento del homicidio de Lebbos (la sentencia no está firme). Si bien Freidenberg rechazó ese argumento, manifestó que su marido, Mario Eberlé, frecuentaba a la familia del imputado Albaca y que, por ello, se autoexcluía del estrado. Pero Roldán Vázquez, Lammoglia y María Balcázar desestimaron ambas posiciones.
El 6 de diciembre y cuando parecía inamovible del estrado, Freidenberg dijo: “quiero hacer constar en el acta que la mayoría de las dilaciones han sido provocadas por planteos de las partes, especialmente del querellante. Se han perjudicado los pilares del juicio oral: la inmediatez, la economía y la celeridad”. Estas palabras reactivaron la controversia y terminaron signando la salida de Freidenberg del tribunal que por primera vez juzgará a un ex fiscal por supuestos delitos cometidos en el ejercicio del cargo.
“Esta señora, que es la vocal decana de la Cámara Penal, tuvo epítetos duros contra nosotros acusándonos de destruir los pilares básicos del proceso penal. Ella ya los había roto antes. Se extralimitó al dictar el cese de la prisión del condenado Di Lella sin escucharnos. Miente porque no hemos provocado dilaciones más allá de esta impugnación y lesiona el derecho de la víctima”, aseguró ayer Mrad.
En el informe que emitió a propósito de la nueva recusación, Freidenberg defendió su proceder: “se me está acusando de mentir para beneficiar a alguien. No formulé expresión alguna que dé lugar al menor atisbo de parcialidad manifiesta. Ejerzo la magistratura con libertad e independientemente de toda influencia”. La jueza pidió “medidas correctivas” y el rechazo de la recusación con costas. Pero luego dijo que debían acoger su inhibición: “los ataques de la querella no tuercen mi mano, mas afectan a mi familia. Siento violencia moral porque he percibido en Mrad una actitud que excede la desconfianza y que se manifiesta como odio hacia mi persona”.