La suerte del cupo estaba echada. Dos dictámenes de las comisiones de Interpretación y Reglamento y de Enseñanza y Disciplina desaconsejaban la continuidad del sistema de ingreso a la carrera de Medicina, vigente desde hace 30 años.
El dictamen de mayoría, elaborado, entre otros, por el mismo decano de Medicina, Mateo Martínez, pedía que se forme una comisión especial para el tratamiento y consideración del acceso a la carrera de Medicina.
El otro dictamen, de consejeros estudiantiles, reclamaba que era un atropello jurídico el actual sistema de admisión y planteaba que la facultad había desobedecido lo ordenado por el Consejo Superior en 2017 de adecuarse a la ley de Educación Superior modificada en 2015, que establece el ingreso irrestricto.
Al final se aprobó una resolución de tres puntos: se declara abstracto el pronunciamiento respecto de la situación de quienes se inscribieron y participaron en los exámenes en 2019; se modifica el reglamento para el acceso a la carrera para 2020 disponiendo cursillo gratuito y que los estudiantes que aprueben desde 60/100 accedan a la carrera y se encomienda a la facultad elaborar un nuevo plan de estudios para 2021 que prevea el acceso irrestricto a la carrera de acuerdo a la normativa vigente.
Derechos personalísimos
La decana de derecho, Adela Seguí, advirtió primero sobre los riesgos de la “nivelación intempestiva”, ante el hecho de que con el cupo van a entrar 300 alumnos y ya van preinscriptos 3.600. Mencionó que se deben respetar los “derechos personalísimos” de los pacientes, que son “el sector social más vulnerable” y que la facultad de Medicina debía garantizar ese cuidado. También pidió “una reflexión profunda sobre el acceso a la UNT. Tenemos muy bajas tasas de desgranamiento”.
Cuidar al más débil
Mateo Martínez, a su turno, puso el énfasis en considerar, sobre todo, los derechos de los pacientes, en el riesgo de cosificar a alguien que no es un objeto de estudio. Hizo alusión a Sor Juana Inés de la Cruz al decir que que la facultad quedaba como “yo, la peor de todas”, como si no respetara las leyes, con la “sensación como si fuéramos vulneradores de derechos” y en realidad dijo que se preservaba la seguridad, la intimidad y los datos de los pacientes. Señaló que el principal derecho es a la vida y a la salud, antes que a la educación. “Esta universidad no puede sacrificar al más débil”. “El único control de calidad que ellos tienen somos nosotros y para ello tenemos una cantidad de medidas. Una de ellas es el cupo”. Pidió que no haya hipocresía y señaló que las escuelas experimentales tienen cupo y cooperadora. “La escuela Sarmiento tiene 30 de afuera y 15 de la UNT. Si eso no es un privilegio...” También defendió el carácter restrictivo que les da el artículo 43 de la ley a carreras como la de Medicina. porque tienen “riesgo directo”, y mencionó que el primero que no cumple la ley es el (anterior) Gobierno nacional, por el “progresivo deterioro de la educación pública”.
Un docente, cinco alumnos
La decana de Psicología, Rosa Castaldo le respondió con fuerza. “Quiero decir que rechazo enérgicamente la idea de cupo... porque la ley de Educación Superior no lo habilita”; puntualizó que Medicina es la facultad de mayor presupuesto; señaló que en ella hay docentes que se paran frente a cinco alumnos mientras en otras facultades hay profesores frente a 150 alumnos. El dato fue luego corroborado por el secretario general de la UNT, José Hugo Saab, que dijo que Medicina tiene 645 docentes, es decir uno cada cinco estudiantes. Castaldo además señaló que “el art. 43 en ningún lado dice por qué la salud es más importante que otra”. También criticó que en 2017 el Consejo Superior exhortó a Medicina a adecuarse a la ley y que esta no hizo caso. Además reclamó que “hasta el momento la facultad no ha presentado los datos” de su funcionamiento. Y finalizó: “he sido atendida por profesionales excelentes que han egresado de la facultad de Medicina sin el cupo”. “No tenemos que confundir excelencia académica y resultados con restringir el ingreso”.
Aprobar con 6, no con 7
El consejero Fernando Ganami sugirió unificar los dictámenes, “que no tienen tantas diferencias”, centrándose en tres cuestiones resolutivas y desechando los puntos de análisis. El proponía que, para el examen de 2020, se pudiera acceder con siete, pero la propuesta de la consejera estudiantil María Jimena Lagoria, que insistió que fuera por seis, se impuso en la votación nominal del final, por 21 votos a 9.
Los manifestantes ingresaron con reclamos y salieron a la espera del ingreso irrestricto en 2021El consejero estudiantil Gonzalo Lascano destacó que en Bioquímica los estudiantes también tienen riesgo de contagio biológico “y sin embargo nos adecuamos al ingreso irrestricto”. “El único garante de la calidad no es el cupo”. También reclamó que la propuesta de hacer una comisión para estudiar el tema era “seguir sin resolver el asunto” y dijo que Medicina no podía compararse con las escuelas universitarias porque “si no me equivoco, no entran dentro de la ley de Educación Superior”. “No se puede utilizar ad aeternum el sistema de evaluación con cupo”.
¿Y los aspirantes 2019?
El decano de Educación Física, Rubén Taboada, dijo: “soy sensible a las dolencias del paciente, pero me voy a detener acá en otra víctima, que es el alumno. ¿Cómo esos chicos del 2019 que no han podido ingresar van a superar el sentimiento de frustración? ¿Quién se hace cargo? Destacó que la lucha de los aspirantes de 2019 llevó a esta reunión decisiva del Consejo Superior. “En la duda entre derechos, me tengo que inclinar por el posicionamiento estudiantil”, concluyó.
Luego se pidió que el director de Asuntos Jurídicos, Augusto González Navarro, explicara la situación con respecto al cupo y al ingreso, puesto que su dictamen del 2 de octubre aconsejaba el ingreso irrestricto, Dijo que unas de las columnas de la universidad pública son la universidad abierta e inclusiva, la gratuidad y la equidad. “Hay un paradigma inclusivo y abierto trasuntado por la ley 24.521”. Opinó que hay que resolver el “desatino” y que el argumento de que el ingreso irrestricto vulnera los derechos del paciente es una postura dogmática. Enumeró que la Universidad debe ir hacia el ingreso irrestricto porque hay una ley vigente desde 2015, una posición del Consejo Superior de 2017, un fallo judicial y el artículo 97 del Estatuto universitario, que aún no rige porque todavía está en discusión. Adela Seguí cuestionó luego el “encendido discurso político” del director de Jurídicos.
Retroceder casilleros
El consejero Eduardo Martel expresó su temor de que se esté retrocediendo casilleros en la discusión. “No me parece conveniente que vaya a comisión porque nos abre la puerta a la incertidumbre. Ya tenemos historia de 2017 y cada año hay víctimas nuevas”. Dijo que hay carreras en ingeniería a las que comprende el art. 43,y citó por ejemplo a ingenieros que están trabajando en el Balseiro con muros de plantas atómicas y que si se equivocan corren peligro vidas.
Liliana Zema, de Odontología, propuso que no haya cupo pero sí examen nivelatorio.
¿Cómo hacen los otros?
Cuando Adela Seguí pidió de nuevo la palabra dijo que el derecho a la vida y a la salud era “el más protegido del orden civilizado. No está en la misma categoría del ingreso irrestricto”. “No vamos a exculpar a la facultad de Medicina. No vamos a acusar a la facultad que quizá no ha hecho lo que tenía que hacer”, dijo. Pero insistió en el derecho de los pacientes a la confidencialidad y a la intimidad. Ante eso el rector José García, que hace días en la facultad de Filosofía y Letras hizo una defensa del ingreso irrestricto, preguntó: “¿Cómo hace el sistema argentino?”
Al final llegó la propuesta de Ganami, a la que se sumó la precisión de Lagoria de que para 2020 se apruebe con seis y para 2012 ya no haya examen y el ingreso sea totalmente irrestricto, con el solo derecho de haber aprobado el secundario, como en el resto de la Universidad.