Gestos conciliadores
Desde el inicio de su discurso, el presidente, Alberto Fernández, buscó reforzar la idea de la unidad entre los argentinos. Usó el término “muros emocionales” para referirse a la grieta política que desde los tiempos del kirchnerismo divide a los argentinos y que se profundizó durante los últimos cuatro años. Inclusive, la locutora que condujo el acto en el Congreso lo nombró como “el presidente de la unidad de los argentinos”. “Tenemos que suturar demasiadas heridas abiertas en nuestra patria. Apostar a la fractura y a la grieta significa apostar a que esas heridas sigan sangrando. Actuar de ese modo sería lo mismo que empujarnos al abismo”, señaló. Hubo otros gestos vinculados con esto durante el acto: condujo la silla de ruedas de Gabriela Michetti por los pasillos del Congreso y aplaudió al ex presidente Mauricio Macri.
Contra el hambre
El presidente, Alberto Fernández, anunció que la primera reunión oficial del Gobierno será un encuentro de trabajo para implementar el Plan Integral Argentina contra el Hambre. Dijo que participará todo el Gabinete y personalidades de la sociedad civil. Luego de hacer un repaso por la situación compleja que atraviesan las pymes y diferentes sectores de la sociedad, anunció que el Estado solventará becas para que los jóvenes se capaciten y puedan trabajar en empresas, organizaciones sociales y emprendimientos de la economía popular. También dijo que una de las metas será lograr que los beneficiarios del salario social complementario puedan insertarse laboralmente. Para lograr esto dijo que será necesario reorientar las prioridades de la economía y de la producción.
Por el equilibrio macroeconómico
Fue quizás el tramo más esperado del mensaje del nuevo Presidente. Luego de realizar una descripción inquietante de la “herencia” que recibe de la administración de Mauricio Macri, Alberto Fernández anunció que convocará a los trabajadores, a los empresarios y a diversos sectores sociales para poner en marcha los Acuerdos Básicos de Solidaridad en la Emergencia. Bajo este título quedarían englobadas una serie de medidas que buscan generar equilibrio macro económico y sentar bases para impulsar la producción. Durante la descripción de la situación económica actual subrayó que la inflación es la más alta de los últimos 28 años, que el dólar pasó de $ 9 a $ 63 en cuatro años, que el PBI de 2019 es el más bajo de la década y que el nivel de producción industrial es equivalente al de 2006. En este contexto anunció que no se le dará tratamiento parlamentario al Presupuesto 2020 que elaboró el Gobierno saliente.
“Sus números no reflejan ni la realidad macroeconómica, ni las realidades sociales, ni los compromisos de deuda que realmente han sido asumidos”, argumentó. Insistió en que un presupuesto serio recién puede ser elaborado una vez que se haya negociado la deuda y luego de que se hayan puesto en marcha medidas que reactiven la economía y la producción.
Voluntad de pago
Aseguró que la administración saliente dejó al país “en una situación de virtual default” y que por momentos siente que está reviviendo el laberinto que atravesó el país en 2003, cuando asumió como jefe de Gabinete de Néstor Kirchner. Ayer, Alberto Fernández reafirmó que el Gobierno está dispuesto a pagar la deuda externa. Pero aclaró que, primero, la economía debe reactivarse.
“El país tiene voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo”, insistió. Dijo que espera mantener una relación madura con el FMI y con los acreedores privados.
Obras y transparencia
Durante su discurso, Alberto Fernández se refirió a la relación de la Nación con las provincias y, en el mismo pasaje, hizo referencia a la obra pública y a la transparencia. Aseguró que se buscará descentralizar la Administración Nacional relocalizando organismos nacionales en el interior del país. También recordó la idea de crear capitales alternativas en las distintas provincias. Pero puso énfasis en el anunció de un Plan de Reactivación de la Obra Pública. “Serán proyectos de ejecución rápida y con gran empleo de mano de obra local”, subrayó. Agregó que se compromete a garantizar la transparencia en la administración de los recursos destinados a la obra pública y a que los ciudadanos puedan acceder a toda la información sobre los proyectos, los costos, las licitaciones y las empresas que ejecutarán los trabajos. Con respecto a la creación del Ministerio de Hábitat y Vivienda, aseguró: “vamos a desarrollar un ambicioso plan de regularización del hábitat y de la construcción de viviendas. Es inadmisible pensar que en pleno siglo XXI millones de argentinos no tengan un techo bajo el cual guarecerse”.
Un mensaje para Bolsonaro
Con conceptos poco precisos, el tramo referido a las relaciones exteriores fue quizás uno de los más débiles del discurso del nuevo presidente. Alberto Fernández anunció que la Cancillería, a cargo de Felipe Solá, se concentrará en generar nuevos mercados para la producción argentina y en promover las inversiones extranjeras. Le dedicó un párrafo a América latina e insistió en que trabajará para robustecer al Mercosur. También se refirió a la relaciones con Brasil. Lo hizo en tono conciliador luego de la tensión que se produjo con Jair Bolsonaro, presidente de ese país, quien había apoyado explícitamente a Maurcio Macri: “con la República Federativa de Brasil, particularmente, tenemos que construir una agenda ambiciosa, innovadora y creativa en lo tecnológico, en lo productivo y en lo estratégico, que esté respaldada por la hermandad histórica de nuestros pueblos y que vaya más allá de cualquier diferencia personal de quienes gobiernan la coyuntura”. Luego de varias idas y vueltas, Bolsonaro envió al vicepresidente de ese país, el general Hamilton Mourão. “No queremos pelear con Argentina: queremos hacer comercio con todo el mundo”, sostuvo Bolsonaro en declaraciones formuladas a la prensa de su país y agregó: “estoy deseando que Argentina acierte”.
Reforma de la Justicia federal
Fue uno de los momentos más potentes del discurso de asunción presidencial. El tramo en el que Alberto Fernández hizo referencia a la Justicia generó un gran impacto político. “En los próximos días vamos a enviar al Parlamento un conjunto de leyes que consagren una integral reforma del sistema federal de justicia”, dijo el mandatario ante la atenta mirada del presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, y del ministro del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti. Instantes antes de realizar ese anuncio había dicho que una democracia sin justicia independiente no es una democracia, y que en los últimos años produjo un deterioro judicial. “Hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por los gobernantes y silenciadas por cierta complacencia mediática”, describió. Haciendo referencia al informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, titulado “Nunca más”, expresó: “nunca más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia, operadores judiciales, procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos. Nunca más a una justicia que decide y persigue según los vientos políticos”. Agregó que, a partir de ahora, los recursos de la Justicia deben reorientarse a combatir el crimen organizador y el narcotráfico.
Intervienen la AFI
Luego de referirse a la reforma de la Justicia, le llegó el turno a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Este ítem había sido uno de los que menos se habían publicitado durante el período de transición. De hecho, no estaba claro cuál era el plan de Alberto Fernández para este sector tan cuestionado del Estado Nacional. Ayer, ante la Asamblea Legislativa, el Presidente anunció que la AFI será intervenida. Además, dijo que derogará el decreto 656 del 2016 mediante el cual el gobierno de Mauricio Macri había consagrado el secreto par el empleo de fondos reservados por parte de los agentes de inteligencia. “En el marco de la derogación de dicha medida, que significó un lamentable retroceso institucional, también he tomado otra decisión: dichos fondos reservados no sólo dejarán de ser secretos, sino que serán reasignados para financiar el presupuesto del Plan contra el Hambre en Argentina”, manifestó.
Pauta oficial
Durante su discurso, el presidente, Alberto Fernández, también les dedicó varios párrafos a los medios de comunicación. Anunció que se le dará una nueva orientación al presupuesto de publicidad del Estado. “Queremos que los avisos que pague nuestro Gobierno, en lugar de hacer propaganda, contribuyan a mejorar el proceso de aprendizaje de nuestros jóvenes”, anunció. Según dijo, el objetivo es que los avisos en los medios sean herramientas pedagógicas que ayuden a mejorar el rendimiento educativo en todo el país. También agregó que la pauta del Estado estará destinada sólo a instituciones periodísticas.
Pacto educativo
Entre las metas que planteó el nuevo presidente para el campo educativo se destacaron la extensión de la jornada escolar, las mejoras en las condiciones de trabajo de los docentes y un Pacto Educativo Nacional con todos los actores de la comunidad educativa y de la sociedad. “No descansaremos hasta que un niño en una zona rural tenga el mismo acceso a una educación transformadora que una niña de un centro urbano”, aseguró. Con respecto a la Ciencia destacó: “reivindicamos la investigación científica y tecnológica, porque ningún país podrá desarrollarse sin generar conocimientos y sin facilitar el acceso de toda la sociedad al conocimiento. He decidido que en nuestro Gobierno, el área respectiva recupere su jerarquía ministerial que nunca debió perder”.